Disonancia cognitiva: ¿qué es y cómo afecta a la política?

La disonancia cognitiva es un fenómeno psicológico que se produce cuando una persona experimenta una sensación de incomodidad al tener dos pensamientos o creencias que son inconsistentes entre sí. Este estado de disonancia puede generar un fuerte deseo de reducir la incomodidad, ya sea cambiando una de las creencias, encontrando nueva información que justifique la inconsistencia o simplemente ignorando la nueva información.

En el ámbito político y social, la disonancia cognitiva puede ser especialmente relevante en situaciones en las que las personas sostienen creencias o posturas políticas que entran en conflicto con información objetiva o evidencia empírica. Por ejemplo, si una persona sostiene que la inmigración es perjudicial para la economía del país, pero encuentra evidencia que demuestra lo contrario, puede experimentar disonancia cognitiva.

Desde una visión política, la disonancia cognitiva puede ser utilizada como una herramienta por el Estado para reforzar su poder y control sobre la ciudadanía. En su libro «1984», Orwell describe un mundo en el que el Estado utiliza la disonancia cognitiva para controlar las percepciones de la ciudadanía y mantener su poder. En este mundo, el Estado domina todos los medios de comunicación y produce discursos oficiales que son coherentes con su visión del mundo. Cualquier información que desafíe esta visión del mundo se elimina o se presenta de una manera que justifique la perspectiva del Estado. De esta manera, el Estado puede generar disonancia cognitiva en la ciudadanía que puede llevar a la sumisión y la aceptación acrítica de su autoridad.

Desde una aproximación sociológica, la disonancia cognitiva puede ser vista como un proceso de negociación de la identidad social. La identidad social se refiere a la parte de la identidad de una persona que está basada en su pertenencia a un grupo social. En situaciones donde las creencias o posturas políticas de una persona entran en conflicto con las normas y valores de su grupo social, la disonancia cognitiva puede ser especialmente intensa. En este caso, la persona puede sentir que su pertenencia al grupo está en riesgo, lo que puede generar una fuerte resistencia a cambiar sus creencias o posturas políticas.

En términos culturales, la disonancia cognitiva puede ser vista como un proceso de choque cultural. Los choques culturales se refieren a la experiencia de incomodidad o desorientación que puede sentir una persona cuando se enfrenta a una cultura o ambiente social diferente al suyo. En situaciones políticas y sociales, esto puede ocurrir cuando una persona se ve expuesta a creencias o posturas políticas que entran en conflicto con las de su cultura de origen. En este caso, la disonancia cognitiva puede ser intensa, ya que la persona puede sentir que su identidad cultural está en riesgo.

En el ámbito político, la disonancia cognitiva puede tener implicaciones para la legitimidad del gobierno y la confianza de los ciudadanos en las instituciones políticas. Si las políticas públicas no están en línea con las expectativas de los ciudadanos, puede haber una pérdida de confianza en el gobierno y una disminución en la legitimidad de las instituciones políticas. Esto puede llevar a una mayor polarización y a la creación de grupos extremistas que cuestionen la autoridad del gobierno.

Por ejemplo, si un gobierno promete reducir la pobreza y la desigualdad, pero luego aplica políticas que parecen beneficiar solo a los ricos y poderosos, los ciudadanos pueden experimentar disonancia cognitiva. Es posible que las personas traten de justificar su apoyo al gobierno, incluso si sus acciones no están en línea con sus expectativas. Sin embargo, con el tiempo, es probable que se vuelvan cada vez más críticos y desconfiados del gobierno.

En el ámbito empresarial, la disonancia cognitiva también puede tener implicaciones negativas. Por ejemplo, si una empresa promueve la sostenibilidad y la responsabilidad social, pero sus acciones no reflejan estos valores, sus clientes pueden experimentar disonancia cognitiva. Es posible que las personas traten de justificar su lealtad a la empresa, pero si la brecha entre las palabras y las acciones de la empresa es demasiado grande, es probable que los clientes pierdan la confianza en la empresa y busquen alternativas más coherentes con sus valores.

Referencias biliográficas:

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