En la actualidad, el envejecimiento poblacional es un fenómeno cada vez más presente en la sociedad. De acuerdo con las Naciones Unidas, para el año 2050, la población de personas mayores de 60 años se duplicará, llegando a 2,100 millones de personas. Ante esta realidad, se hace necesario diseñar políticas públicas en materia de tercera edad, que permitan garantizar una mejor calidad de vida y bienestar para esta población vulnerable.
Desde la perspectiva psicológica, las políticas públicas en materia de tercera edad tienen como objetivo promover el desarrollo de competencias y habilidades que permitan a las personas mayores adaptarse a los cambios físicos y sociales propios de esta etapa de la vida. Además, se busca prevenir y tratar los trastornos psicológicos que son comunes en la vejez, como la depresión y la ansiedad. Según estudios realizados por autores como Baltes y Smith (2003), el desarrollo de políticas públicas que promuevan el envejecimiento activo, permiten a las personas mayores vivir de manera independiente y saludable.[1]
Por otro lado, desde la óptica sociológica, las políticas públicas en materia de tercera edad tienen como objetivo garantizar el acceso a recursos y servicios que permitan una vida digna a las personas mayores. Se busca prevenir y erradicar la discriminación por edad y promover una cultura de respeto y valoración hacia la vejez. Investigadores como Estévez (2007) y Calvo (2016) destacan la importancia de diseñar políticas públicas que fomenten la participación y autonomía de las personas mayores en la sociedad.[2]–[3]
Desde el punto de vista político, las políticas públicas en materia de tercera edad tienen como objetivo garantizar la protección social de las personas mayores. Se busca promover la equidad y la justicia social a través de la creación de programas y medidas que permitan la atención integral de las personas mayores. Esping-Andersen (1990) destaca la importancia de un sistema de protección social que garantice la seguridad económica de las personas mayores.[4]
Desde una consideración cultural, las políticas públicas en materia de tercera edad tienen como objetivo garantizar el respeto a la diversidad cultural de las personas mayores. Se busca promover una sociedad más inclusiva y respetuosa de las diferentes formas de envejecer. Autores Torres (2013) destacan la importancia de diseñar políticas públicas que consideren la diversidad cultural de las personas mayores y promuevan su inclusión social.[5]
Conocida la importancia de desarrollar políticas públicas en materia de tercera edad, es vital garantizar que esas medidas se apliquen de manera que sean efectivas y eficaces. Se debe señalar que la «eficacia» y «eficiencia» son términos que a menudo se confunden, pero tienen significados diferentes. La «eficacia» se refiere a la capacidad de lograr los resultados deseados, mientras que «eficiencia» se refiere a la capacidad de alcanzar objetivos de forma rentable, con un uso mínimo de recursos.
En consecuencia, la evaluación de las políticas públicas en el ámbito de la tercera edad requiere de un enfoque científico que permita su análisis desde múltiples perspectivas. Desde una consideración psicología, se pueden evaluar los efectos de las políticas en la salud mental y emocional de las personas mayores, así como en su calidad de vida. Por ejemplo, una investigación realizada por González-Rodríguez y colaboradores (2019) evaluó la eficacia de un programa de terapia cognitivo-conductual para mejorar la calidad de vida de personas mayores en España.[6]
Desde la sociología, se puede analizar cómo las políticas públicas afectan a las relaciones sociales y la participación activa de las personas mayores en la sociedad. Un estudio de Chambre y Cusson (2019) analizó cómo las políticas públicas de envejecimiento activo han afectado a la participación social de personas mayores en Canadá.[7]
En el ámbito político, se puede evaluar cómo las políticas públicas en materia de tercera edad están siendo implantadas y si están cumpliendo con los objetivos propuestos. Un ejemplo de ello es el trabajo de Stahl y colaboradores (2019) en el que se evaluó la incorporación de políticas públicas de envejecimiento activo en países europeos.[8]
En último lugar, desde la perspectiva cultural, se puede evaluar cómo las políticas públicas afectan a las normas y valores culturales en relación con la vejez. Un estudio de Liu y colaboradores (2019) analizó cómo las políticas públicas en China están cambiando la percepción cultural de la vejez y la forma en que se relaciona con la sociedad.[9]
En síntesis, la aplicación del enfoque científico para evaluar las políticas públicas en materia de tercera edad permite un Análisis riguroso y multidisciplinar que posibilitan una comprensión más completa de sus efectos.
Siguiendo esta lógica proponemos 10 medidas que podrían ser útiles para evaluar las políticas públicas en materia de tercera edad:
- Índice de calidad de vida: una medida que evalúa la calidad de vida de los adultos mayores en diferentes áreas, como la salud, el bienestar emocional, las relaciones sociales, la seguridad económica, la accesibilidad y la participación en la comunidad.
- Índice de envejecimiento activo: una medida que evalúa el grado de participación de los adultos mayores en actividades sociales, culturales, educativas y laborales, así como su nivel de autonomía y bienestar emocional.
- Índice de vulnerabilidad social: una medida que evalúa el grado de vulnerabilidad social de los adultos mayores en términos de pobreza, exclusión social, falta de acceso a servicios básicos y discriminación.
- Índice de acceso a servicios de salud: una medida que evalúa la capacidad de los adultos mayores para acceder a servicios de atención médica y cuidado a largo plazo, así como su grado de satisfacción con estos servicios.
- Índice de seguridad económica: una medida que evalúa la seguridad económica de los adultos mayores en términos de ingresos, pensiones y acceso a recursos financieros.
- Índice de accesibilidad urbana: una medida que evalúa la accesibilidad urbana de los adultos mayores en términos de transporte público, infraestructura de vivienda y servicios públicos.
- Índice de acceso a tecnología: una medida que evalúa el grado de acceso y uso de la tecnología entre los adultos mayores, incluyendo el acceso a internet, dispositivos móviles y servicios en línea.
- Índice de inclusión social: una medida que evalúa el grado de inclusión social de los adultos mayores en la sociedad, incluyendo la participación en actividades sociales, culturales y políticas.
- Índice de protección de derechos: una medida que evalúa el grado de protección de los derechos de los adultos mayores en términos de derechos legales, sociales y culturales.
- Índice de participación en la vida comunitaria: una medida que evalúa el grado de participación de los adultos mayores en la vida comunitaria, incluyendo la participación en actividades sociales y políticas, la participación en grupos comunitarios y la interacción con la comunidad en general.
[1] Baltes, P. B., & Smith, J. (2003) <<New frontiers in the future of aging: from successful aging of the young old to the dilemmas of the fourth age>>. Gerontology, 49(2), 123-135.
[2] Estévez, E. (2007) <<Envejecimiento activo y políticas públicas>>. Revista de estudios de juventud, (76), 79-92.
[3] Calvo, E. (2016) <<Gerontología social: conceptos, disciplinas y fundamentos>>. Springer.
[4] Esping-Andersen, G. (1990) <<The three worlds of welfare capitalism>>. John Wiley & Sons.
[5] Torres, M. A. (2013) <<El envejecimiento en el contexto de la diversidad cultural: Una reflexión desde el Trabajo Social>>. Revista de Estudios de Juventud, (101), 71-83.
[6] González-Rodríguez, M., Caro-Puerta, P., Martínez-Martín, P., & Benito-León, J. (2019) <<Envejecimiento activo y saludable en España: ¿una realidad o una necesidad?>> Revista Española de Geriatría y Gerontología, 54(6), 346-347. doi: 10.1016/j.regg.2019.06.002.
[7] Chambre, S., & Cusson, M. (2019) <<Active aging policies and participation in social activities among older adults in Canada>>. Journal of Aging & Social Policy, 31(2), 125-145.
[8] Stahl, T., Rostgaard, T., Lübke, N., & Szebehely, M. (2019) <<Implementing active aging policies in Scandinavia: To what extent and how are we getting it right?>>. Journal of Aging & Social Policy, 31(2), 146-163.
[9] Liu, J., Zhou, L., & Ren, J. (2019) <<The impact of China’s old-age policy on intergenerational relationships: Evidence from the China Health and Retirement Longitudinal Study>>. PloS One, 14(5), e0216021.
Los jubilados de hoy en día tienen más cosas que hacer pero todo es mejorable.
Me gustaMe gusta