El activismo ambiental ha sido un tema relevante en las últimas décadas, sin embargo, su narrativa actual ha sido cuestionada por algunos expertos. Desde una perspectiva política, se ha argumentado que la narrativa del activismo ambiental de moda es engañosa, ya que los verdaderos responsables de la contaminación no son señalados por los líderes políticos y empresariales.[1] El cambio climático es utilizado como pretexto para controlar la actividad económica y la vida de las personas, mientras que las soluciones propuestas, como los mercados de carbono y los vehículos eléctricos, no abordan las causas fundamentales del problema. Los líderes políticos y empresariales que promueven estas soluciones tienen intereses económicos y buscan ejercer control sobre la economía, lo que podría llevar a un mayor desequilibrio social y económico.[2]
Desde una óptica psicológica, se ha argumentado que la narrativa del activismo ambiental de moda tiene un impacto negativo en la psicología humana. En lugar de centrarse en la protección real del medio ambiente, se enfoca en la reducción del dióxido de carbono, lo que puede llevar a una mentalidad de «culpa» y «deber» en lugar de una mentalidad de compromiso y pasión por el medio ambiente.[3] Además, al centrarse únicamente en el dióxido de carbono, no se consideran las consecuencias sociales y ambientales de la minería necesaria para la producción de los vehículos eléctricos.[4]
En el contexto sociológico, se ha defendido que la narrativa del activismo ambiental de moda está limitada por su enfoque en el individuo. En lugar de abordar las causas estructurales de la contaminación, se enfoca en la responsabilidad individual y la elección del consumidor.[5] Esto puede limitar la efectividad del activismo ambiental al no abordar las causas profundas de la contaminación, como la falta de regulación y el poder económico de las corporaciones.[6]
Quienes lideran las soluciones para el cambio climático, tienen intereses en Wall Street y sus soluciones están centradas en el control económico. Además, el activismo ambiental de moda no está centrado en la protección real del medio ambiente, sino en la reducción del dióxido de carbono y no considera las consecuencias sociales y ambientales de la minería necesaria para la producción de los vehículos eléctricos.
Es necesario desarrollar una narrativa del activismo ambiental que aborde de manera integral las causas profundas de la contaminación y tenga en cuenta las consecuencias sociales y ambientales de las soluciones propuestas. A continuación, se presentan diez medidas para lograr este objetivo:
- Realizar un análisis detallado de las causas de la contaminación, tanto a nivel local como global, y presentar estas causas de manera clara y concisa al público.
- Establecer alianzas con grupos y organizaciones que aborden otros temas sociales, como la justicia económica y la igualdad de género, para desarrollar un enfoque más integral en la lucha contra la contaminación.
- Utilizar herramientas de comunicación efectivas, como las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales, para difundir la información y concientizar al público sobre los problemas ambientales.
- Incluir a la comunidad local en el proceso de toma de decisiones y en la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales, incluyendo a personas de diferentes edades, géneros y orígenes étnicos.
- Educar a la población sobre la relación entre la contaminación y la salud, para que puedan tomar medidas para protegerse a sí mismos y a sus comunidades.
- Desarrollar soluciones sostenibles que aborden tanto las causas profundas de la contaminación como las consecuencias sociales y ambientales de las soluciones propuestas.
- Implicar a los líderes políticos y empresariales para que apoyen las soluciones propuestas y tomen medidas para reducir la contaminación.
- Organizar eventos públicos y actividades de sensibilización, como caminatas y ferias de medio ambiente, para implicar a la comunidad y aumentar la conciencia sobre los problemas ambientales.
- Proporcionar recursos y capacitación para que las personas puedan tomar medidas concretas para reducir su huella de carbono y su impacto ambiental.
- Fomentar la cooperación entre las empresas, los gobiernos y la sociedad civil para desarrollar soluciones conjuntas a los problemas ambientales y garantizar que se tengan en cuenta las consecuencias sociales y ambientales de estas soluciones.
[1] Beck, U. (2009) <<World at risk>>. Polity Press.
[2] Heinberg, R. (2011) <<The end of growth: Adapting to our new economic reality>>. New Society Publishers.
[3] Kals, E., Schumacher, D., & Montada, L. (2010) <<Emotional affinity toward nature as a motivational basis to protect nature>>. Environment and Behavior, 42(5), 676- 698. https://doi.org/10.1177/0013916509341240
[4] Oosterhuis, F., & Heinen, E. (2017) <<The dark side of solar energy: Lessons from China’s solar PV industry>>. Energy Policy, 102, 69-75. https://doi.org/10.1016/j.enpol.2016.12.026
[5] Giddens, A. (1991) <<Modernity and self-identity: Self and society in the late modern age>>. Stanford University Press.
[6] Dunlap, R. E., & McCright, A. M. (2011) <<Organized climate change denial>>. In J. S. Dryzek, R. B. Norgaard, & D. Schlosberg (Eds.), The Oxford handbook of climate change and society (pp. 144-160). Oxford University Press.