En la actualidad, el discurso político se encuentra en un estado de baja calidad y el debate público se ha visto afectado por el deterioro de las prácticas democráticas. Esta problemática es especialmente grave en países como España, donde la polarización política y la confrontación constante han erosionado la capacidad de los ciudadanos para analizar los temas públicos de manera objetiva y crítica. En este sentido, autores como Habermas (1998) señalan que la deliberación racional y la argumentación son fundamentales para una democracia saludable y para la toma de decisiones justas y efectivas.[1]
La factura eléctrica en España es un tema que ilustra perfectamente esta situación. El aumento del precio de la energía eléctrica y la complejidad del sistema tarifario han generado un amplio debate en la sociedad española. Sin embargo, este debate se ha visto lastrado por la politización del tema y por la falta de información clara y accesible para la ciudadanía. Según Ruiz-Rufino (2021), esto ha llevado a una situación en la que los ciudadanos se sienten desorientados y desconfiados hacia las medidas adoptadas por el gobierno para hacer frente a la crisis energética.[2]
En este contexto, es necesario que los actores políticos asuman su responsabilidad en la mejora del discurso político y en la promoción de una ciudadanía crítica e informada. Es fundamental que los debates públicos se basen en la argumentación y el diálogo, y no en la confrontación y la descalificación. Además, es necesario que se facilite a los ciudadanos información clara y accesible sobre temas complejos como la factura eléctrica, de manera que puedan participar activamente en el debate público y en la toma de decisiones.
En síntesis, la baja calidad del discurso político y el deterioro del debate público son una problemática que afecta negativamente a la democracia y a la capacidad de los ciudadanos para analizar los temas públicos de manera objetiva y crítica. La factura eléctrica en España es un ejemplo concreto de esta situación, que requiere una respuesta responsable y comprometida por parte de los actores políticos y de la sociedad en general. La promoción de una ciudadanía crítica e informada es fundamental para la consolidación de una democracia saludable y para la toma de decisiones justas y efectivas.
[1] Habermas, J. (1998) <<Facticidad y validez>>. Trotta.
[2] Ruiz-Rufino, R. (2021) <<Análisis de la factura de la luz>>. El Independiente. Recuperado de https://www.elindependiente.com/economia/2021/06/02/analisis-de-la-factura-de-la-luz/