Descubriendo la identidad de género: el impacto del movimiento de género en la sociedad contemporánea

El concepto de identidad ha sido ampliamente discutido por diversos investigadores en el campo de la teoría social. Según Stuart Hall (1990), la identidad no es algo dado o innato, sino que es un proceso continuo y dinámico que se construye a través de la interacción social. Esta dinámica social puede ser influenciada por diversos factores, incluyendo la cultura, la clase social y el género. Es precisamente en el ámbito del género donde se ha producido uno de los movimientos más importantes en las últimas décadas: el movimiento de género.[1]

El movimiento de se refiere a la lucha por la igualdad de derechos y la eliminación de la discriminación basada en el género. Esta lucha se ha centrado en la problemática de la construcción social y cultural de género, que según Judith Butler (1990), no es una esencia innata, sino una creación social. La perspectiva de Butler cuestiona la existencia de dos géneros fijos y establecidos, y en su lugar propone que el género es un proceso que se construye a través de la repetición de ciertas prácticas.[2]

Un ejemplo de estas prácticas son las normas de género que se imponen en la sociedad, y que se utilizan para reforzar la identidad de género de las personas. Estas normas se relacionan con la forma en que se espera que los hombres y las mujeres se comporten, vistan y hablen, entre otras cosas. En este sentido, las normas de género pueden funcionar como una forma de opresión, ya que limitan la libertad de elección de las personas y perpetúan la discriminación basada en el género.

Es importante mencionar que el movimiento de género ha tenido una gran influencia en la sociedad contemporánea, y ha provocado una serie de cambios significativos en las relaciones sociales y en las políticas públicas. Estos cambios han incluido la lucha por la igualdad de derechos de las mujeres, aunque ha habido escisiones en estos movimientos, la promoción de la diversidad sexual y la inclusión de las personas LGBTI en la sociedad. En este sentido, se puede afirmar que el movimiento de género ha tenido un impacto profundo en la construcción de la identidad de género en la sociedad contemporánea.[3]

Desde una perspectiva psicológica, el movimiento de género puede tener tanto efectos positivos como negativos en la formación de la identidad de género y la salud mental de las personas. Por un lado, puede proporcionar un ambiente seguro para que las personas expresen su identidad de género auténtica, lo que puede contribuir a un mayor bienestar psicológico y emocional. También puede generar presión social para que las personas se ajusten a ciertas expectativas de género, lo que puede generar ansiedad, estrés y otros problemas de salud mental.

Algunos investigadores sugieren que una perspectiva sociológica puede arrojar luz sobre los aspectos positivos y negativos del movimiento de género. Por otra parte, puede fomentar la inclusión social y la aceptación de la diversidad en la sociedad, lo que puede tener efectos positivos en la calidad de vida de las personas. Del mismo modo, puede generar polarización social y política, lo que podría generar conflictos y tensiones sociales.

Desde una perspectiva cultural, el movimiento de género puede considerarse un proceso de cambio social y cultural en el que se cuestionan y redefinen las normas y expectativas de género. Esto puede contribuir a una mayor igualdad de género y a la eliminación de la discriminación de género en la sociedad.

En esta línea, es importante seguir investigando y analizando estos aspectos para comprender mejor el impacto del movimiento de género en la formación de la identidad de género, la salud mental y el cambio social y cultural. Además, existe un debate sobre cómo puede afectar el movimiento de género a los menores de edad que aún están descubriendo su identidad y no tienen la capacidad para tomar decisiones complejas. Desde una perspectiva psicológica, el impacto puede variar según la edad, la personalidad y las circunstancias familiares de cada menor.

Por ejemplo, algunos estudios sugieren que la exposición temprana a modelos de género diversos puede promover una mayor tolerancia hacia la diversidad y reducir la discriminación.[4] Sin embargo, otros autores argumentan que la exposición temprana a estereotipos de género puede afectar negativamente el desarrollo de la identidad de género y limitar las opciones de los menores en términos de intereses, actividades y profesiones.[5]

Desde una visión sociológica, el impacto del movimiento de género en menores también puede depender de los valores y normas sociales predominantes en la cultura y la comunidad en la que se desenvuelven. Por ejemplo, en algunas sociedades conservadoras, la aceptación de la diversidad de género puede ser limitada, lo que puede generar estigmatización y rechazo hacia los menores que no se ajustan a los estereotipos de género tradicionales.[6]

Desde una óptica cultural, es importante considerar cómo el movimiento de género puede estar influyendo en la forma en que se construyen y transmiten las identidades de género en diferentes culturas. Por ejemplo, en algunas culturas tradicionales, el papel de género se encuentra altamente codificado y puede ser difícil para los menores desviarse de los roles de género tradicionales. En contraste, en algunas culturas occidentales, el movimiento de género ha promovido una mayor flexibilidad en la construcción de las identidades y una mayor tolerancia hacia la diversidad.[7]

También el movimiento de género ha sido objeto de críticas y controversias, especialmente en lo que se refiere a sus aspectos más dañinos. Entre estos se incluyen la imposición de una identidad de género sobre los individuos, la medicalización de la disforia de género y la eliminación de las diferencias biológicas entre hombres y mujeres.

Autores como Sheila Jeffreys (2014) han argumentado que el movimiento de género ha tenido un impacto negativo en el feminismo, al centrarse en la individualidad y la elección personal en lugar de luchar por los derechos colectivos de las mujeres como grupo oprimido. Además, Jeffreys sostiene que el movimiento de género ha desviado la atención de cuestiones importantes, como la violencia contra las mujeres y la desigualdad económica y política.[8]

Otro aspecto negativo del movimiento de género ha sido su impacto en la libertad de expresión y el pensamiento crítico. Investigadores como Judith Butler (1990) han argumentado que la construcción social del género significa que las categorías de género son fluidas y cambiantes, lo que ha llevado a un rechazo del pensamiento crítico y la crítica feminista del género como una categoría socialmente construida.[9] Este enfoque ha sido criticado por autores como Germaine Greer (1999) por limitar la capacidad de las mujeres para hablar sobre sus propias experiencias y luchar por sus derechos.[10]

El movimiento de género ha tenido un impacto significativo en el deporte femenino, particularmente en lo que se refiere a la competencia justa y equitativa entre atletas. A medida que más personas comienzan a identificarse fuera de las categorías binarias de género, surge la cuestión de cómo abordar las diferencias biológicas que pueden existir entre hombres y mujeres en términos de fuerza, velocidad y resistencia. Algunos críticos argumentan que permitir que personas transgénero compitan en categorías de género con las que no nacieron puede darles una ventaja injusta sobre sus competidores.[11]

Por ejemplo, en 2017, la luchadora transgénero Mack Beggs, que nació mujer pero se identifica como hombre, ganó el campeonato estatal de lucha libre de Texas en la categoría de mujeres. Muchos de sus oponentes y otros en la comunidad deportiva argumentaron que era injusto permitir que Beggs compitiera en la categoría femenina debido a su ventaja injusta entre las niñas debido a la testosterona que está tomando como parte de su transición, lo que provocó un debate sobre cómo abordar la inclusión de atletas transgénero en el deporte.[12]

Las preocupaciones sobre la inclusión de atletas transgénero en el deporte femenino también han llevado a algunas mujeres atletas a sentir que sus logros y oportunidades están siendo socavados. Algunas mujeres argumentan que permitir que personas transgénero compitan en la categoría femenina puede disminuir el valor y el significado de los récords y las victorias de las atletas femeninas.

Aunque el movimiento de género ha sido fundamental para promover la inclusión y la igualdad en muchas áreas de la sociedad, es importante abordar las preocupaciones legítimas sobre el impacto que puede tener en el deporte femenino. Es necesario encontrar un equilibrio entre la inclusión y la competencia justa y equitativa entre los atletas.

Finalmente, se debe tener en cuenta que el movimiento de género es una lucha constante y en evolución, y que es importante estar siempre revisando y mejorando las estrategias y prácticas para garantizar que sean justas y efectivas para la ciudadanía en general.

[1] Hall, S. (1990) <<Cultural identity and diaspora>>. In J. Rutherford (Ed.), Identity: Community, culture, difference (pp. 222-237). Lawrence & Wishart.

[2] Butler, J. (1990) <<Gender trouble: Feminism and the subversion of identity>>. Routledge.

[3] Scott, J. W. (1986) <<Gender: A useful category of historical analysis>>. American Historical Review, 91(5), 1053-1075.

[4] Egan, S. K., & Perry, D. G. (2001) <<Gender identity and adjustment in middle childhood>>. Sex Roles, 45(3-4), 213-228. doi: 10.1023/A:1013067016606

[5] Blakemore, J. E. O., & Hill, C. A. (2008) <<The child’s developing understanding of gender>>. Current Directions in Psychological Science, 17(6), 336-340.

[6] Katz-Wise, S. L., & Hyde, J. S. (2012) <<Victimization experiences of lesbian, gay, and bisexual individuals: A meta-analysis>>. Journal of Sex Research, 49(2-3), 142-167. doi: 10.1080/00224499.2011.637247

[7] Cohane, G. H., & Tannenbaum, R. J. (2016) <<Gender identity and the culture of heteronormativity: Implications for adolescent mental health and well-being>> Journal of Adolescent Health, 59(4), 409-415.

[8] Jeffreys, S. (2014) <<Gender Hurts: A Feminist Analysis of the Politics of Transgenderism>>. Routledge.

[9] Butler, J. (1990) <<Gender trouble: Feminism and the subversion of identity>>. Routledge.

[10] Greer, G. (1999) <<The Whole Woman>>. Doubleday.

[11] International Olympic Committee. (2015). <<IOC consensus meeting on sex reassignment and hyperandrogenism>>. Recuperado de https://stillmed.olympic.org/media/Document%20Library/OlympicOrg/IOC/Who-We-Are/Commissions/Medical-and-Scientific-Commission/IOC-Consensus-Meeting-on-Sex-Reassignment-and-Hyperandrogenism-EN.pdf

[12] Sage, C., Anderson, E., & Denison, J. (2017) <<Transgender policies in sport>>. Current Sports Medicine Reports, 16(4), 251-255. doi: 10.1249/JSR.0000000000000382

  1 comentario para “Descubriendo la identidad de género: el impacto del movimiento de género en la sociedad contemporánea

  1. Manuel
    5 abril, 2023 en 9:42 am

    Debemos de hacer como la italiana, solo hombre o mujer, lo demás sólo son estructuras temporales de caprichos desordenados por los cambios en la sociedad. Que vuelva la simpleza, como me dijo un gay una vez » para que te guste un hombre no necesitas ser mujer»

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