El futuro de los fabricantes de coches en la era de los vehículos autónomos

La industria automotriz ha sido una parte crucial de la economía global durante décadas, y se espera que siga siendo un sector importante en el futuro. Sin embargo, el creciente interés en la tecnología de vehículos autónomos y la preocupación por el impacto ambiental de los automóviles convencionales están cambiando el panorama de la fabricación de coches. Esto plantea la pregunta de si los fabricantes de automóviles tendrán éxito en la era de los vehículos autónomos y qué impacto tendrá en la sociedad. Según investigaciones de expertos como Cui, Li y Peng (2021), se espera que los vehículos autónomos se conviertan en una parte integral de la industria automotriz en el futuro.[1]

Esta tendencia se debe a los avances tecnológicos en la inteligencia artificial, los sistemas de sensores y la conectividad, que hacen posible la conducción autónoma. Además, el cambio hacia los vehículos autónomos también se ha acelerado debido a la pandemia del COVID-19, que ha aumentado la demanda de opciones de transporte seguras y sin contacto. Si bien la adopción masiva de los vehículos autónomos aún está en proceso, es probable que el futuro de los fabricantes de automóviles dependa en gran medida de su capacidad para adaptarse a esta nueva tendencia.

Como señala Moberg y Shokouhyar (2020), la fabricación de automóviles autónomos requerirá una reorganización importante de las cadenas de suministro, el desarrollo de nuevas tecnologías y la incorporación de políticas públicas y estratégicas sólidas para abordar los desafíos técnicos, legales y éticos que acompañan esta tecnología.[2] A medida que los vehículos autónomos se vuelven más populares, es posible que veamos un cambio hacia el uso de flotas de vehículos compartidos en lugar de la propiedad de automóviles individuales. Esto podría tener un impacto significativo en el mercado de automóviles convencionales, ya que la demanda de automóviles nuevos podría disminuir. Según un estudio de Bongiovanni y Valero (2021), el uso de flotas de vehículos compartidos podría tener un impacto positivo en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la congestión del tráfico, lo que a su vez podría tener beneficios económicos y ambientales.[3]

En cuanto a las políticas públicas, es importante que los gobiernos estén preparados para regular y apoyar la transición a los vehículos autónomos. Esto incluye la implantación de normas de seguridad y privacidad, la inversión en infraestructuras para la carga y el mantenimiento de los vehículos, y la promoción de incentivos fiscales y financieros para la investigación y el desarrollo de esta tecnología. Como señalan Wilson y Shaheen (2020), la política pública debe ser proactiva y enfocada en la colaboración entre el sector público y privado para asegurar un futuro sostenible y equitativo para la movilidad autónoma.[4]

En síntesis, el futuro de los fabricantes de automóviles dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse a la tecnología de vehículos autónomos y la demanda de flotas de vehículos compartidos, algo que a mi juicio, será impuesto a través de los mecanismos estatales para programar a la población.

La industria automotriz debe estar preparada para afrontar una reorganización importante de las cadenas de suministro y el desarrollo de nuevas tecnologías. Por ejemplo, algunas de las empresas tradicionales de la industria automotriz, como General Motors y Ford, han invertido significativamente en tecnología de vehículos autónomos y han establecido alianzas estratégicas con empresas de tecnología para desarrollar sistemas de conducción autónoma. Según un informe de CB Insights (2020), General Motors y Ford se encuentran entre las empresas líderes en la carrera por la conducción autónoma.[5]

Además, los gobiernos deben desempeñar un papel importante en la implantación de políticas públicas sólidas para abordar los desafíos técnicos, legales y éticos que acompañan esta tecnología emergente de los vehículos autónomos. Algunos ejemplos incluyen:

Estados Unidos: el Departamento de Transporte de los Estados Unidos ha desarrollado una guía de seguridad para vehículos autónomos y ha trabajado con los fabricantes de automóviles y las empresas de tecnología para establecer pautas de seguridad y privacidad.[6]

Reino Unido: el gobierno británico ha establecido una serie de pruebas de vehículos autónomos en carreteras públicas y ha creado un marco regulatorio para el desarrollo y la prueba de vehículos autónomos.[7]

Alemania: el gobierno alemán ha establecido un grupo de trabajo para desarrollar una estrategia nacional de vehículos autónomos y ha invertido en proyectos de investigación y desarrollo en el campo de la conducción autónoma.[8]

Japón: el gobierno japonés ha establecido un objetivo para que los vehículos autónomos representen el 50% de todas las ventas de automóviles nuevos en Japón para 2030, y ha creado un marco regulatorio para la prueba y el desarrollo de vehículos autónomos.[9]

En definitiva, la fabricación de vehículos autónomos está transformando la industria automotriz y la forma en que nos movemos. Si bien aún hay desafíos técnicos, legales y éticos que deben abordarse, se espera que esta tecnología sea cada vez más popular en los próximos años. Los fabricantes de automóviles que puedan adaptarse a esta nueva tendencia y desarrollar estrategias sólidas para abordar los desafíos asociados tendrán una ventaja competitiva en el mercado. Además, los gobiernos que incorporen políticas públicas sólidas y fomenten la innovación en este sector pueden contribuir significativamente a la transición hacia un futuro de transporte más seguro, eficiente y sostenible.

[1] Cui, R., Li, K. y Peng, H. (2021) <<Autonomous vehicles: A review of recent patents and a future perspective>>. IEEE Transactions on Intelligent Transportation Systems, 22(3), 1755-1773.

[2] Moberg, C. R. y Shokouhyar, S. (2020) <<Autonomous vehicles: A review of the literature and future implications for transportation professionals>>. Journal of Transportation Management, 31(4), 259-273.

[3] Bongiovanni, I. y Valero, A. (2021) <<Shared autonomous vehicles and their potential environmental impact: An analysis of a fleet replacement scenario>>. Journal of Cleaner Production, 281, 125298.

[4] Wilson, J. R. y Shaheen, S. A. (2020) <<The future of automated vehicle policy: A guide for policymakers>>. Journal of Public Transportation, 23(2), 1-19.

[5] CB Insights. (2020) <<The future of autonomous vehicles: Who’s ahead and what’s next>>. https://www.cbinsights.com/research/report/future-of-autonomous-vehicles/

[6] U.S. Department of Transportation. (2021) <<Automated Vehicles for Safety>>. https://www.nhtsa.gov/technology-innovation/automated-vehicles-safety

[7] GOV.UK. (2021) <<Centre for Connected and Autonomous Vehicles>>. https://www.gov.uk/government/organisations/centre-for-connected-and-autonomous-vehicles

[8] Federal Ministry of Transport and Digital Infrastructure. (2021) <<Automated and Connected Driving>>. https://www.bmvi.de/EN/topics/automated-driving/automated-driving-node.html

[9] Ministry of Economy, Trade and Industry. (2021) <<Autonomous Driving>>. https://www.meti.go.jp/english/policy/automobile_innovation/autonomous_driving.html

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