
La preocupación por la democracia está extendida por todo el mundo, ya que los gobernantes electos y sus administraciones socavan sin cesar los principios democráticos fundamentales.[1] Esta inquietud se explica quizás por el afán de consolidar su poder e impulsar transformaciones políticas y socioeconómicas que golpean los propios pilares del sistema al que teóricamente representan.[2]…