Desafíos y oportunidades en la transición hacia una economía de hidrógeno sostenible en la Unión Europea

Desde diversas posiciones, la UE se enfrenta a varias vulnerabilidades en las políticas públicas de abastecimiento de hidrógeno. En este marco, Kuzemko y cols., señalan en su libro «The Global Energy Challenge: Environment, Development and Security», la importancia de abordar cuestiones relacionadas con la seguridad energética y las implicaciones financieras de la transición.[1] Asimismo, es fundamental considerar el papel que España puede desempeñar en la producción y distribución de hidrógeno, debido a su potencial en energías renovables y su ubicación geográfica estratégica para la conexión con otras regiones de la UE.

Por otro lado, la UE debe ser consciente de los riesgos asociados con la importación de hidrógeno de terceros países, tal y como lo señala la Comisión Europea en su Estrategia de Hidrógeno.[2] En esta dirección, es importante de impulsar la producción de hidrógeno en la UE y la necesidad de fomentar la colaboración internacional para garantizar la seguridad energética y la transición hacia fuentes de energía más limpias.

En este contexto, la coordinación y cooperación internacional entre la UE y Estados Unidos son fundamentales para garantizar una transición ordenada y previsible hacia fuentes de energía más limpias. Daniel Sperling y James S. Cannon, en su libro «Two Billion Cars: Driving Toward Sustainability», resaltan la importancia de trabajar en estrecha colaboración para abordar los desafíos globales relacionados con la seguridad energética y el cambio climático.[3]

La transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles también es un tema crucial desde la perspectiva médica y política, ya que el cambio climático y la contaminación ambiental afectan directamente la salud de las personas y la estabilidad de los sistemas sanitarios. Expertos como Watts et al. (2015) han demostrado que el cambio climático ha llevado a un aumento en la incidencia de enfermedades como el paludismo, la diarrea y la malnutrición, así como a un aumento en la mortalidad asociada a olas de calor extremo.[4] Además, la contaminación ambiental, en particular la exposición a partículas finas, ha sido asociada con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurológicas.[5]

Estos impactos tienen importantes consecuencias políticas, ya que los sistemas sanitarios deben ser capaces de hacer frente a las enfermedades y lesiones asociadas con el cambio climático y la contaminación ambiental, lo que puede requerir una reorganización significativa de los recursos y la infraestructura sanitaria.[6] Por lo tanto, es fundamental que se tomen medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y limitar la contaminación ambiental, a fin de proteger la salud de las personas y la capacidad de los sistemas sanitarios para hacer frente a los desafíos del cambio climático y la contaminación ambiental.

Desde este punto de vista, se han desarrollado diversas políticas públicas y esfuerzos en la producción y distribución de hidrógeno en Europa y EE.UU. con el fin de abordar estos desafíos. Por ejemplo, la Unión Europea ha establecido una Estrategia de Hidrógeno con el objetivo de fomentar la producción, distribución y uso de hidrógeno limpio y renovable en la región, con una inversión de 47000 millones de euros hasta 2050.

En los Estados Unidos, el presidente Biden ha establecido una meta para que el país alcance una economía de emisiones netas cero para 2050, con un plan de inversión en infraestructuras limpias y renovables que incluye la producción y distribución de hidrógeno.[7]

En España, se han desarrollado diversas políticas públicas para fomentar la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 establece una serie de objetivos y medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar el uso de energías renovables, incluyendo el hidrógeno verde.[8] Además, se ha establecido el Hidrógeno Renovable en España (HIRE) como un programa de inversión público-privado para impulsar la producción, distribución y uso de hidrógeno verde en el país.

Es crucial abordar cuestiones relacionadas con la seguridad energética y las implicaciones financieras de la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.

Desde mi punto de vista personal, a pesar de los desafíos y vulnerabilidades que enfrenta la Unión Europea en su transición hacia una economía de hidrógeno sostenible, existen razones para mantener un enfoque optimista. La UE cuenta con el potencial y la ubicación estratégica de países como España, que pueden desempeñar un papel fundamental en la producción y distribución de hidrógeno verde. Además, la importancia de abordar cuestiones relacionadas con la seguridad energética y las implicaciones financieras ha sido reconocida y se están incorporando políticas públicas y colaboraciones internacionales para garantizar una transición ordenada y previsible. Desde un punto de vista médico y político, la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar la contaminación ambiental se vuelve crucial para proteger la salud de las personas y la capacidad de los sistemas sanitarios para enfrentar los desafíos del cambio climático. Con inversiones significativas tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos, así como en España, se están sentando las bases para una economía de hidrógeno sostenible, fomentando la producción, distribución y uso de hidrógeno limpio y renovable. En última instancia, la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles no solo es posible, sino también esencial para garantizar un futuro más saludable y sostenible para todos.

[1] Kuzemko, C, Goldthau, A, Keating,M.:(2017) <<The Global Energy Challenge: Environment, Development and Security>>. Red Globe Press.

[2] Comisión Europea. (2020) <<A Hydrogen Strategy for a Climate-neutral Europe>>. Recuperado de https://ec.europa.eu/energy/sites/default/files/hydrogen_strategy.pdf

[3] Sperling, D. & Cannon, J. S. (2010) <<Two Billion Cars: Driving Toward Sustainability>>. Oxford University Press.

[4] Watts, N., et al. (2015) <<Health and climate change: policy responses to protect public health>>. The Lancet, 386(10006), 1861-1914.

[5] Markandya, A., Armstrong, B., Hales, S., Chiabai, A., Criqui, P., Mima, S., Tonne, C., & Wilkinson, P. (2009) <<Public health benefits of strategies to reduce greenhouse-gas emissions: Low-carbon electricity generation>>. Lancet, 374, 2006-2015. doi:10.1016/S0140-6736(09)61715-3

[6] Markandya, A., Armstrong, B., Hales, S., Chiabai, A., Criqui, P., Mima, S., Tonne, C., & Wilkinson, P. (2009) <<Public health benefits of strategies to reduce greenhouse-gas emissions: Low-carbon electricity generation>>. Lancet, 374, 2006-2015. doi:10.1016/S0140-6736(09)61715-3

[7] Biden, J. (2021) <<Executive Order on Tackling the Climate Crisis at Home and Abroad>>. Recuperado de https://www.whitehouse.gov/briefing-room/presidential-actions/2021/01/27/executive-order-on-tackling-the-climate-crisis-at-home-and-abroad/

[8] Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (2021) <<Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030>>. Recuperado de https://www.miteco.gob.es/es/energia/pniec/pniec_2021_2030.aspx

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