Capacidad para resistir la manipulación política

Las técnicas de manipulación de masas han evolucionado exponencialmente durante el transcurso de estos últimos sesenta años. Existen numerosas teorías sobre la influencia que ejerce la manipulación a través de la publicidad y la propaganda política. Entre las más destacadas se encuentran la teoría de equilibrio de Heider[1] y Necomb[2]; la teoría de juicio social[3]; la teoría del cambio de actitudes en una sola toma[4], la teoría del determinismo tecnológico[5], la teoría genérica[6], la teoría del uso y la gratificación[7], la teoría del hábito social[8], la teoría de la plausibilidad de la elaboración[9] y la teoría narrativa,[10] entre otras.

Todos estos enfoques muestran que la finalidad de las estrategias y técnicas de manipulación es controlar el comportamiento, los pensamientos y los sentimientos de los individuos, en una situación social determinada y durante un periodo de tiempo determinado, con el fin de obtener ventajas sustanciales en beneficio de los manipuladores y en detrimento de los controlados.

La persuasión de los medios de comunicación se basa en las necesidades esenciales de las personas (necesidad de alimento, refugio, seguridad, información, salud (vacunas), integración en un grupo social). De este modo, el individuo se vuelve anónimo y, en consecuencia, más dócil y dispuesto a someterse a las normas impuestas por las autoridades, independientemente de cómo perciba esas normas. Mientras más preocupado se encuentre el individuo por no ser considerado como inculto, aburrido o soso, más fácil será manipularlo por quienes le inducen intencionalmente esas preocupaciones para distraerlo de sus pensamientos naturales. Con todas estas teorías que intentan explicar el comportamiento humano, los ciudadanos a veces se encierran en pequeñas cajas de pensamiento sin plantearse interrogantes verdaderamente importantes, por ejemplo: Como sociedad, ¿tenemos la capacidad de decidir lo que está bien o mal? ¿Quién tiene el poder para definir esos derechos? ¿Las leyes obedecen a una convicción moral o se convierten en una protección del débil frente al poderoso o del rico frente al pobre?

En los últimos años, los asesores políticos han recurrido a técnicas de manipulación de masas que buscan ocultar la realidad, y cuando esto no es posible, presentan una imagen distorsionada de la misma.

Si una opinión prevalece durante mucho tiempo sin examen crítico ni pruebas sólidas, suele deberse a un respaldo ideológico duradero. La inercia de la opinión es más fácil de mantener si se mueve a favor, y no en contra de la inclinación ideológica del país o del partido político en el poder. Por definición, la inercia de la opinión favorece el marco existente de la institución, el poder y la persuasión, y generalmente opera con un efecto conservador.[11] Sin duda, tras un siglo de propaganda por parte de la prensa y otras instituciones dominantes de esta sociedad, el anticomunismo impregna la cultura política estadounidense. «Comunismo» es una palabra que provoca, el miedo, sin explicación ni definición, y una respuesta negativa en millones de estadounidenses. Por ejemplo, las repetidas declaraciones del presidente Reagan sobre el carácter beligerante de lo que denominó el «imperio del mal» soviético, bien publicitadas y no cuestionadas por los principales medios de comunicación, tuvieron un efecto evidente en la opinión pública.[12] En la actualidad, parece ser que la tendencia en los medios de comunicación es la contraria, siendo el antifascismo la idea que impregna la cultura mediática. En cualquier caso, ambos extremos del espectro son enormemente peligrosos y han sido nocivos para la sociedad.

Los asesores políticos interpretan la distracción de forma diferente. Los aficionados afirman que la distracción consiste en desviar la atención del público del secreto (por ejemplo, un truco del trilero), mientras que los profesionales afirman que la distracción consiste en dirigir la atención del público hacia otra cosa. Mucha gente piensa que estas interpretaciones son iguales hasta que comienzan a comprender la importancia de las limitaciones. Por ejemplo, los novatos intentan limitar la atención del público a lo que no debe mirar, en tanto que los profesionales pretenden dirigir la atención de los ciudadanos hacia otra cosa. Cuando se limita una libertad, sentimos un impulso natural de resistir esa limitación. Así, los principiantes que intentan limitar la atención del público están creando involuntariamente el punto de mira hacia esa zona.[13]

En esta vía, el sistema de telecomunicaciones como conjunto principal de canales de divulgación, ocupa un lugar dominante en el entorno humano. «La manipulación de la información es similar a la desinformación…», escribe el académico Vladimir Volkov en su «Historia de la desinformación».[14] Él afirma que la manipulación como destrucción tiene tres objetivos:

  1. La desmoralización de la nación mediante la desintegración de los grupos que la componen.
  2. El descrédito de las autoridades y sus valores.
  3. Neutralización de las masas para impedir toda forma de comportamiento espontáneo a favor de las reglas establecidas y en un momento dado llevar al poder de forma pacífica a un pequeño grupo de personas.

“Los encuadres noticiosos parecen desempeñar un doble papel, facilitando dos procesos. Por un lado, los periodistas y editores pueden utilizar los encuadres con fines prácticos: para procesar rápidamente grandes cantidades de información, empaquetarla de forma concisa y hacerla cómoda para su audiencia, proporcionando pistas contextuales para su comprensión”.[15]

En esencia, la información manipulada de los medios de comunicación cumple una función persuasiva, no informativa. Lo mismo ocurre con los programas de televisión de entretenimiento o infoentretenimiento que intentan suplantar los informativos de televisión, a través de la manipulación mediática disfrazada de actualidad y con un uso cínico de las redes sociales caracterizado por su narrativa tóxica que pretende dibujar una nueva normalidad disfuncional cuya finalidad es moldear las actitudes del público. “El problema no es que la televisión nos dé material y temas de entretenimiento, sino que nos presenta todos los asuntos como entretenimiento, lo que es una cuestión bien diferente”.[16]

A este respecto, la capacidad de detectar o rechazar los puntos de vista impuestos por esos mensajes informativos debería convertirse en una característica vital para los ciudadanos de la sociedad de la información. Además, esta capacidad es especialmente importante en la era de la proliferación de las comunicaciones por Internet, en la que prácticamente todo el mundo es capaz de producir y difundir «noticias» de diferente -y a veces cuestionable- calidad.

La resistencia de los ciudadanos dependerá de numerosos factores, como el conocimiento político y la capacidad cognitiva de cada individuo para evaluar críticamente la información. Chong y Druckman afirmaron que «el framing se refiere al proceso por el cual los ciudadanos desarrollan una determinada conceptualización sobre un asunto o reorientan su pensamiento sobre el mismo».[17] Entman, describió el framing como «el proceso de seleccionar y resaltar ciertos aspectos de una realidad percibida, y aumentar la relevancia de una interpretación y evaluación de esa realidad.» Sostuvo que los encuadres «programan» -o preparan- las reacciones del ciudadano «activando asociaciones entre la información destacada en el texto y los conceptos ya almacenados en sus sistemas de esquemas».[18]

Dicho esto, considero que las teorías clínicas de la personalidad como mecanismo de protección ante esta situación, son en realidad una forma del raciocinio humano, mediante el cual se expresan los caracteres generales de las cosas. Por este motivo, la psicología clínica es en realidad una rama de la ingeniería humana[19] y por eso es una ciencia aplicada y eso significa que está a caballo entre una ciencia y una práctica, porque involucra a los seres humanos e implica valores.

Vivir dentro de las estructuras de valores y la consecuencia lógica de esto es que la investigación filosófica de valores es en sí necesaria para comprender las teorías de la psicología clínica. Porque en realidad los clínicos intentan hacer dos cosas: una es que las personas tengan vidas más tranquilas, y la otra es ayudarlas a tener mejor calidad de vida, y evidentemente hay una estructura de valores inherente a ese propósito, porque se está avanzando de algo de menor valor hacia otro de mayor valor, por lo que lo preferible es enfrentarse a esto y a todas las complejidades que ello conlleva. En realidad, los psicólogos clínicos superan cualquier tendencia que puedan tener para implantar su estructura de valores a otras personas. Aquí es importante saber identificar los factores de personalidad que capacitan a los ciudadanos para resistir la manipulación política.

Se trata por un lado de fortalecer esos factores de personalidad y resistencia, y por otro, de enseñar a los ciudadanos a tener control sobre el proceso de decisiones en cuanto a los que es beneficioso o nocivo para su vida.

Un psicólogo hábil puede utilizar la propia definición de lo que el paciente considera mejor o peor, o quizás establecer mediante el diálogo y la negociación, ¿cuál es su objetivo? ¿cómo le gustaría que fueran las cosas en el futuro? Y llevándoles hacia un escenario donde puedan visionar cómo serían las condiciones ideales para que su vida fuera mejor. Aquí es fundamental saber que se corre el riesgo de entrar en la forma en que ellos están orientando el mundo en su perspectiva particular, porque no se trata de tomar la decisión por ellos, sino que ellos elijan cuál es el camino para mejorar su situación, con capacidad suficiente para discernir entre lo que les beneficia o perjudica.

Sin embargo, por la manera tan perversa en que está diseñada la estructura social y ante la situación de fragilidad en que se encuentra la ciudadanía, el individuo necesita orientación para resistir la influencia de la maquinaria de propaganda política. Puesto que incluso, poseyendo rasgos de personalidad que pueden parecer positivos, y por tanto protectores, les pueden inducir a error o desencaminarles en la búsqueda de qué es mejor para ellos.    

En esta línea, existen una serie de rasgos de personalidad que bien utilizados pueden ser determinantes en la capacidad de un individuo para enfrentarse a la maquinaria de propaganda política.

En tal sentido, las personas dominantes[20] saben imponer su punto de vista, son agresivas, tienen fluidez verbal, tienden a enfrentarse a la realidad, aunque sea desagradable, pero también son conformistas pues las personas dominantes tienden a comportarse conforme a lo establecido por el grupo. Suelen ser líderes. «El líder representa la encarnación de las normas, objetivos y visiones del grupo.  Los líderes son más obedientes porque deben dar ejemplo a los miembros del grupo. Reafirmar constantemente las cualidades especiales de los productos y las ventajas de utilizarlos puede ser una buena forma de convencer a un individuo dominante para que compre” cualquier cosa, ya sea un producto o una idea política.[21] No debemos olvidar que aunque el concepto de liderazgo pueda manifestarse de diversas maneras y tener numerosos significados tiene un denominador común, que radica en una actividad orientadora de los comportamientos individuales a través de determinados procesos de influencia y comunicación para la realización de determinadas tareas.

Por otro lado, existe otro rasgo que es la agresividad comprendiéndola desde su aspecto positivo, pues a las personas agresivas les atrae la aventura. Por este motivo los anuncios televisivos utilizan eslóganes que en realidad son invitaciones a este tipo de situaciones que estimulan la curiosidad y el espíritu de aventura.[22] La agresividad también puede estar causada por el deseo del individuo de sentirse superior. En este caso, la agresividad se asocia con la dominación. La maquinaria de propaganda política aborda a las personas que presentan estos rasgos de personalidad mediante la presentación de noticias relevantes, y no fijando una memoria a largo plazo, sino buscando que se produzca un efecto inmediato a corto plazo. Las personas agresivas son impulsivas, se arriesgan, actúan impetuosamente, pasan a la acción sin reflexionar sobre las ventajas e inconvenientes.

También existen personas con carácter depresivo[23] que se asocian a la indisposición, la fluctuación del estado de ánimo, el pesimismo, el aislamiento, la desconfianza en los demás, el agotamiento, la disminución del poder de concentración y otros factores. Los complejos de inferioridad, los sentimientos de culpa, el estado de insatisfacción general, pueden ser utilizados por los asesores políticos para hacer que estas personas compren sus productos o ideas.

La necesidad de seguridad emocional y la falta de reconocimiento de los demás en ocasiones puede empujarles a imitar a los demás, por lo que cuando las personas están inseguras, siguen el principio de la prueba social, utilizando las acciones de otras personas para decidir cómo deben actuar. Por ello, los anuncios publicitarios utilizan a personas corrientes para alabar productos como dentífricos, desodorantes o bebidas refrescantes.

Las personas abiertas, en cambio son sinceras y leales, con un comportamiento informal. Son desprendidos, genuinos y están dispuestos a hacer nuevos intentos, son flexibles y capaces de adaptarse y mejorar en distintos ambientes.[24] Pueden tener la tentación de descubrir el producto o idea que les guste por ensayo y error.

En lo que respecta a las personas que presentan labilidad emocional, parece haber una predisposición a que la propaganda las manipule ya que están demasiado ocupadas como para preocuparse de sus propios pensamientos o sentimientos por lo que no prestan demasiada atención a la argumentación que se les presenta.[25] Además, estas personas sufren sentimientos de culpa. Hay publicidades en la prensa escrita y programas basura de infoentretenimiento que se aprovechan de este sentimiento para lograr que alguien compre un determinado producto (por ejemplo, los anuncios de medicamentos muestran a una madre preocupada porque su bebé está enfermo y no tiene cura. Así que corre en mitad de la noche a comprar la medicina) o idea política independientemente del lado del espectro donde se origine.

Las personas empáticas[26]son creativas, ingeniosas, inconstantes, cambiantes, inusuales, excitables.  El individuo es exaltado, alegre, centrado en lo novedoso y en la experimentación, espontáneo, y todo esto le convierte en un blanco perfecto para la manipulación política.

Los individuos dotados con inteligencia emocionalson asertivos, honestos, sociables y respetuosos consigo mismo y con los demás. Existe un consenso cada vez mayor de que la inteligencia emocional implica la capacidad para razonar con precisión con la emoción y la información emocional para mejorar el pensamiento.[27]

Las personas con baja responsabilidad son aquellos que carecen de sentido cívico y de respeto por sí mismas y por los demás. Se les puede manipular porque son consumidores rebeldes, desordenados por naturaleza, narcisistas, egocéntricos e impulsivos. Aquí la responsabilidad concebida como un rasgo de personalidad, que se valora como resultado de la integración de la función mental de la personalidad que consiste en la percepción subjetiva de un individuo, las emociones, las actitudes hacia el trabajo, las obligaciones y las interrelaciones personales, las formas de cooperación, el sistema de valores.[28] Otra explicación es que un bajo nivel de responsabilidad puede significar también una alta obediencia. Las personas obedientes son las que siempre tienen en cuenta la opinión de la fuente que tiene autoridad legal y más recientemente la autoritas que proyectan los programas de infoentretenimiento. La obediencia nace de la religión, de los consejos de nuestros padres, de los cuentos y poemas que aprendemos en la infancia y de todo lo que investimos de autoridad cuando somos adultos: estatus social, ropa, accesorios y demás.

También las personas con bajo autocontrol describen a una personalidad centrada en sí misma, individualista y egoísta.

Puedo afirmar que los rasgos de personalidad, capacidades y factores que he mencionado en esta breve aproximación a la capacidad de la población para resistir la manipulación política tienen un gran impacto sobre la resistencia y/o pasividad ante estas influencias que no solo se originan en las sedes de partidos políticos sino en los despachos de cadenas de televisión que no debemos olvidar que son concesiones que deberían ser revisadas por el Estado. Todos estos elementos dependiendo de si sus valores son elevados o bajos pueden capacitar o limitar a un individuo frente a las tácticas de manipulación política.   

En diferentes momentos de nuestra vida, todos somos el objetivo de la propaganda. Es aconsejable conocer la diversidad de tipos comerciales y sus mecanismos de persuasión, y así poder decidir si comprar un producto o idea. La publicidad habla de la personalidad, la motivación, las aspiraciones, los modelos sociales del sujeto y ayuda a moldear el estilo de vida de alguien. Pero al mismo tiempo, las personas deben ser conscientes de aquellos factores de la personalidad que pueden exponerlas a la manipulación de la publicidad y elegir conscientemente la dirección de su comportamiento.


[1] Heider, F.: (1946) “Attitudes and cognitive organization”. J. Psychol. 21, 107–112.

[2] Newcomb, T.M.: (1953) “An Approach to the Study of Communicative Acts”. Psychological Review, 60, 393-404.;

[3] Upshaw, H.S.: (1969) “The Personal Reference Scale: An Approach to Social Judgment. Advances in Experimental Social”. Psychology Volume 4, 315–371. doi:10.1016/s0065-2601(08)60081-7 

[4] Hovland, C., Janis, I., & Kelley, H. (1953) “Communication and persuasion”. New Haven, GT: Yale University Press.

[5] Ayala Pérez, T.: (2012)Marshall Mcluhan, las redes sociales y la Aldea Global”. | págs. 8 – 20. Revista Educación y Tecnología, N°2, año 2012. 8.

[6] Richards, J.E. (2017) «Accusatory Based Discourse Strategies: Apologia, Kategoria and Strategic Image Repair Discourse» (2017). Critical Reflections. 2. https://scholar.uwindsor.ca/essaysofsignificance/2017/eos2017/2

[7] Flores Ruiz, I.; Humanes Humanes, M. L.: (2014) “Hábitos y consumos televisivos de la generación digital desde la perspectiva de los usos y gratificaciones”. Estudio de caso en la Universidad Rey Juan Carlos. Revista Mediterránea de Comunicación, [S.l.], v. 5, n. 1, p. 137-155, jun. 2014. ISSN 1989-872X. Disponible en: <https://www.mediterranea-comunicacion.org/article/view/2014-v5-n1-habitos-y-consumos-televisivos-de-la-generacion-digital-desde-la-perspectiva-de-los-usos-y-gratificaciones-estudio-de-caso-en-la-universidad-rey-juan-carlos>. Fecha de acceso: 24 ene. 2021 doi:https://doi.org/10.14198/MEDCOM2014.5.1.06.

[8] Bandura, A.: (1977) “Self-efficacy: Toward a unifying theory of behavioral change”. Psychological Review, 84(2), 191–215. https://doi.org/10.1037/0033-295X.84.2.191

[9] Petty, R.E. and Cacioppo, J.T. (1986) “The Elaboration Likelihood Model of Persuasion”. Advances in Experimental Social Psychology, 19, 123-205. http://dx.doi.org/10.1016/S0065-2601(08)60214-2

[10] Fisher, Walter R.: (1987) “Human Communication as Narration: Toward a Philosophy of Reason, Value, and Action”.  Columbia: University of South Carolina Press.

[11] Parenti, M.: (1986) “Inventing Reality. The Politics of Mass Media”. Saint Martin’s Press. New York.

[12] Íbidem.

[13] Kolenda, N.: (2013) “Methods of Persuasion: How to Use Psychology to Influence Human Behavior”. Kolenda Entertainment, LLC

[14] Arifkhanova S. (2010) “Manipulation of social consciousness through mass media”. Social Psychology, October 2010. Available: http://www.socialpsychology.org/download/111626/Article7PDF.pdf

[15] Pan, Z., Kosicki, G.M. (1993) “Framing analysis: An approach to news discourse. Political Communication”. 10, pp. 55–75.

[16] Postman, N.: (2001) “Divertirse hasta morir: El discurso público en la era del “show business”. Barcelona. Ediciones de la Tempestad.

[17] Chong, D., Druckman, J.N.: (2007) “Framing theory. Annual Review of Political Science”. 10, pp. 103–126.

[18] Entman, R.M.: (2004) “Projections of Power: Framing News, Public Opinion, and U.S. Foreign Policy”. Chicago: University of Chicago Press.

[19] Khayal, O.: (2019) “Engineering Psychology”. 10.13140/RG.2.2.32183.27046.

[20] Anderson, C.; Kilduff, G.J.: (2009) “Why Do Dominant Personalities Attain Influence in Face-to-Face Groups? The Competence-Signaling Effects of Trait Dominance”. Journal of Personality and Social Psychology 2009, Vol. 96, No. 2, 491–503

[21] Zlate, M.: (2004) “Leadership and management”.  Iasi: Ed. Polirom.

[22] Mireles, A.: (2012) “Agresividad Adaptada: El polo positivo de la agresividad”. 16 de octubre de 2012.Concienciarte. https://www.psicologosconcienciarte.es/agresividad_positiva/

[23] Uliaque Moll, J.: (2018) “Personalidad depresiva: causas, síntomas y factores de riesgo Hay individuos con una mayor propensión a sufrir depresiones”. https://psicologiaymente.com/clinica/personalidad-depresiva

[24] Álvarez, M.; Fernández, J.P.: (2021) “8 características de las personas inteligentes”. Las personas muy inteligentes no siempre destacan, pero hay algunos indicadores que nos podrían ayudar a descubrirlas. https://www.muynegociosyeconomia.es/la-buena-vida/fotos/caracteristicas-de-las-personas-inteligentes-681594367109/1

[25] Torres, A.: (2018) “Labilidad emocional: ¿qué es y cuáles son sus síntomas?”. https://psicologiaymente.com/clinica/labilidad-emocional

[26] Judith Orloff, J.: (2016) “10 Traits Empathic People Share”. And how to look out for yourself if you are one. Psychology Today https://www.psychologytoday.com/us/blog/emotional-freedom/201602/10-traits-empathic-people-share

[27] Mayer, J. D., Salovey, P., Caruso, D., & Cherkasskiy, L. (2011). “Emotional Intelligence”. In R.J. Sternberg & J. Kaufman (Eds.), The Cambridge handbook of intelligence (3rd Edition) (pp. 528-549). New York: Cambridge University Press.

[28] Kristine K.: (2014 ) “Responsibility as a condition for meaningful action”. Procedia – Social and Behavioral Sciences 116 ( 2014) 4375 – 4378

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