La importancia de la elección de equipos de trabajo en la imagen pública de los cargos políticos

Desde una perspectiva política, la elección de equipos de trabajo adecuados es fundamental para el éxito de cualquier líder o cargo público. Los líderes políticos que eligen mal a su equipo de trabajo pueden afectar negativamente su imagen pública y la percepción de su capacidad para gobernar. Según Nohria y Gulati (1996), los equipos de trabajo que no están bien estructurados y que no tienen una clara división de tareas pueden llevar a la ineficiencia y a la falta de liderazgo.[1] Por lo tanto, es importante que los líderes políticos seleccionen cuidadosamente a su equipo de trabajo y establezcan roles claros y responsabilidades para cada miembro.

Como caso típico, una secretaría mal estructurada o poco eficiente puede aislar a un político de la realidad social y encerrarle en una burbuja. Esto sucede cuando la secretaría no permite el acceso del político a información relevante y no le proporciona una imagen clara de la situación real en la sociedad. Por ejemplo, una secretaría puede no proporcionar informes detallados sobre los problemas sociales y políticos actuales o puede filtrar la información que llega al político. La La secretaría de un político puede funcionar como una «burbuja» que lo aísla de la realidad social, lo que puede limitar su capacidad para tomar decisiones informadas

Desde una aproximación sociológica, se puede argumentar que la elección de equipos de trabajo en el ámbito político está influenciada por factores culturales y sociales. Por ejemplo, según Giddens (1994), la cultura política de un país puede influir en la forma en que los líderes políticos seleccionan a su equipo de trabajo.[2] En algunas culturas políticas, el nepotismo y el favoritismo pueden ser comunes, lo que puede llevar a la selección de equipos de trabajo inadecuados y poco eficientes.

Desde una posición psicológica, es posible alegar que la elección de equipos de trabajo también puede estar influenciada por factores psicológicos, como las percepciones y prejuicios personales. Por ejemplo, según Tajfel y Turner (1986), las personas tienen una tendencia natural a identificarse con grupos sociales específicos y a favorecer a aquellos que son parte de su propio grupo.[3] En el ámbito político, esto puede llevar a la selección de equipos de trabajo en base a criterios subjetivos, como la lealtad y la afinidad personal, en lugar de la capacidad y la eficiencia.

En definitiva, es crucial que los líderes políticos establezcan roles claros y responsabilidades para cada miembro del equipo, eviten el nepotismo y el favoritismo y basen su selección en criterios objetivos y profesionales. Para lograrlo, se pueden aplicar medidas como la creación de comités de selección, la realización de evaluaciones profesionales y la implementación de políticas transparentes de selección de personal. De esta manera, se puede garantizar que los líderes políticos cuenten con un equipo de trabajo competente y eficiente que les permita cumplir con sus responsabilidades y llevar a cabo sus objetivos de manera efectiva.

En la política española, se han dado numerosos casos de mala elección de equipos de trabajo debido a la lealtad ciega a un partido político en lugar de a la institución en sí misma. Uno de los casos más destacados es el caso Gürtel, donde la lealtad al partido llevó a la selección de miembros del equipo de trabajo basándose en criterios subjetivos como la afinidad personal en lugar de la capacidad y la eficiencia.

La adhesión excesiva a la lealtad en la política española puede acarrear consecuencias negativas, como la falta de asunción de responsabilidades y la generación de una cultura de impunidad. Si se prioriza la lealtad a un partido político en lugar de a la institución en sí misma, el funcionamiento adecuado de las instituciones puede verse comprometido. Es importante tener en cuenta que la lealtad ciega a un partido puede impedir la crítica y la capacidad de reconocer errores, lo que puede conducir a una mala gestión pública. En lugar de centrarse en la lealtad a un partido político específico, se debe enfatizar la lealtad hacia el bien común y la democracia.

Para evitar una mala elección de equipo de trabajo en la política española, es necesario establecer criterios objetivos para la selección de los miembros del equipo. Se deben valorar tanto la capacidad técnica como la capacidad política y la experiencia en la gestión pública. Además, es importante establecer una clara división de tareas y responsabilidades para cada miembro del equipo para evitar la ineficiencia y la falta de liderazgo.

[1] Nohria, N., & Gulati, R. (1996) <<Is slack good or bad for innovation?>> The Academy of Management Journal, 39(5), 1245-1264.https://doi.org/10.2307/256998

[2] Giddens, A. (1994) <<Consecuencias de la modernidad>>. Alianza Editorial.

[3] Tajfel, H., & Turner, J. C. (1986) <<The social identity theory of intergroup behavior>>. Psychology of Intergroup Relations, 7(1), 7-24. https://psycnet.apa.org/doi/10.4324/9780203505984-16

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