El consenso silencioso entre Sánchez y las autonomías

Una industria que une lo que la política divide

En el actual escenario geopolítico global, donde el equilibrio de poder es cada vez más inestable, la industria de defensa en España se ha consolidado como uno de los pilares más sólidos de nuestra economía y soberanía. Lo paradójico es que, pese a las aparentes disputas ideológicas entre las comunidades autónomas y el Gobierno central, todas las regiones del espectro político respaldan con determinación esta industria.

Desde Madrid hasta Galicia, pasando por Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla y León o Murcia, los presidentes autonómicos han expresado su apoyo firme a la industria de defensa. Isabel Díaz Ayuso (Madrid, PP), Alfonso Rueda (Galicia, PP), Juanma Moreno (Andalucía, PP), Jorge Azcón (Aragón, PP), Adrián Barbón (Asturias, PSOE) y Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León, PP) entienden que esta industria no solo es sinónimo de seguridad, sino también de empleo, inversión tecnológica e integración europea. Lo interesante es observar cómo esta sinergia se produce incluso entre comunidades gobernadas por partidos políticamente opuestos al PSOE.

Actualmente, la industria de defensa genera 69.153 empleos directos en España (2022), además de miles de puestos indirectos en sectores auxiliares, logísticos y de ingeniería. Su impacto económico es notable: por cada euro invertido en defensa, se generan 2,5 euros en la economía nacional. Con 7.435 millones de euros en ventas anuales, de las cuales el 77% se destinan a la exportación, España se posiciona como el 8.º mayor exportador mundial de sistemas de defensa.

Este crecimiento ha sido impulsado por la participación de España en consorcios europeos como el Eurofighter o el A400M, la fabricación del motor EJ200 o del helicóptero Tigre, y una red de más de 1.500 nodos industriales distribuidos en todas las comunidades autónomas, con una destacada concentración en Madrid, Andalucía y Galicia.

Innovación, soberanía y doble discurso político

La industria española de defensa no sólo fabrica armamento: lidera avances en aeronáutica (60,4% del sector), electrónica, plataformas terrestres, tecnologías espaciales, RPAS (sistemas aéreos no tripulados), misiles, simulación, y defensa CBRN. Se trata de un ecosistema de alta complejidad tecnológica que transfiere conocimiento a sectores civiles como la salud, energía o infraestructuras.

Este tejido industrial es impulsado tanto por multinacionales como por PYMEs altamente especializadas, con un fuerte apoyo de programas europeos como el EDF, EDIDP y PESCO. Empresas como Indra, Navantia, SENER, Instalaza o ITP Aero lideran proyectos estratégicos como el FCAS (Future Combat Air System), situando a España en el eje de la soberanía tecnológica europea.

Sin embargo, existe una disonancia política. Mientras que muchas voces regionales critican el aumento del gasto en defensa en el Congreso, en sus territorios promueven activamente la instalación de industrias militares, la firma de contratos y la captación de inversiones. Se trata de un doble discurso: se condena públicamente lo que se celebra en privado. La defensa se convierte así en un sector con consenso tácito, pero silencio estratégico.

La razón es práctica: ningún presidente autonómico quiere renunciar a los beneficios que supone contar con industria de defensa en su región. Empleo cualificado, desarrollo tecnológico, exportaciones, y, sobre todo, posición geoestratégica. La defensa, entonces, no es solo un eje de seguridad nacional, sino una palanca de competitividad territorial.

El liderazgo discreto del Presidente Sánchez

Pedro Sánchez ha adoptado una estrategia pragmática y silenciosa: aumentar el gasto en defensa sin pasar por el Congreso. Esto se ha logrado mediante créditos extraordinarios, fondos europeos, y programas especiales extrapresupuestarios. El motivo es claro: sortear el ruido parlamentario y las tensiones con socios de coalición mientras se cumplen los compromisos con la OTAN (alcanzar el 2% del PIB en gasto militar para 2029).

Este enfoque ha permitido garantizar la financiación de más de 50 programas de modernización, desde el 8×8 “Dragón” hasta las fragatas F-110, pasando por el programa FCAS y el nuevo satélite SpainSat NG. Además, ha posicionado a España como interlocutor fiable ante aliados europeos y ha consolidado la base industrial nacional como pieza clave del futuro militar de Europa.

Me resulta profundamente revelador —casi paradójico— constatar que el presidente Sánchez ha comprendido algo esencial: en el nuevo orden mundial, la autonomía estratégica de un país no se declama, se construye. Y se construye con una industria de defensa sólida, moderna y nacional. Porque esa autonomía no admite pausas ni titubeos. Con Estados Unidos presionando por más gasto entre sus aliados, una China en expansión militar y una Rusia desafiando el equilibrio geopolítico, la inversión en defensa ya no es una cuestión ideológica, sino una exigencia histórica. Y en este contexto, el liderazgo se ejerce —como en pocas ocasiones— con silencio, determinación y visión de largo plazo.

Mientras la sociedad oscila entre un pacifismo moral y un pragmatismo estratégico, el Gobierno ha optado por actuar. Y aunque he disentido en muchas ocasiones de la gestión de la ministra Margarita Robles, tras leer con detenimiento el informe sobre la industria de defensa y seguridad, no puedo sino comprender —e incluso compartir— el sentido profundo de sus palabras: “Invertir en defensa es invertir en paz”.

En definitiva, la industria de defensa en España no es sólo una cuestión de seguridad; es un espacio de encuentro entre ideologías, regiones y visiones de país. Es una columna vertebral silenciosa de la economía que viene. Y es, sobre todo, una herramienta de cohesión nacional en tiempos de fragmentación. Una industria que, aunque pocos lo reconozcan en público, muchos defienden en privado. Porque, cuando se trata de soberanía, el consenso no se grita: se construye.

Bibliografía:

Grupo Metalia. (2025) <<Spain Defence & Security Industry 2025>>. Madrid: Infodefensa. Recuperado de https://www.infodefensa.com/

NATO. (2024) <<Defence expenditure of NATO countries (2014–2024). North Atlantic Treaty Organization>>. https://www.nato.int/cps/en/natohq/topics_49198.htm

SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute). (2024) <<Trends in international arms transfers, 2023>>. https://www.sipri.org/publications/2024/trends-international-arms-transfers-2023

TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio). (2024). <<Informe anual del sector de defensa, seguridad, aeronáutica y espacio>>. https://www.tedae.org/

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