
Esta mañana disfrutaba de mi desayuno en una conocida cafetería en Madrid, saboreando un café acompañado de un mollete con aceite y tomate. Mientras observaba a los clientes inmersos en sus propios mundos, me di cuenta de manera cristalinamente pura de que, aunque pudiera resultar frustrante, no era motivo de molestia. Al fin y al…
