Desmantelando el Leviatán Americano

Recientemente, releí varios libros como “Fire in the Mind of Men” de James H. Billington, “Tragedy and Hope” de Caroll Quigley y una joyita como decía un gran amigo ya fallecido, devoto de Giovanni Papini. Ese libro al que hace referencia es “American Levithan”, que se puede leer con suma tranquilidad en una hora. En este libro hay un párrafo que me ha llamado la atención: “Los “estadistas” entienden el poder de las palabras y el cambio de definiciones para orientar el debate en su dirección. Aceptadas, sus definiciones pueden no tener nada que ver con la verdad, de hecho, pueden ser enemigas de la verdad, pero saben que si sus términos son aceptados tal como los definen, ganarán el debate”.

Evidentemente, este párrafo representa un elemento que alimenta y consolida al Poder en la Sombra. Es un ejemplo claro de cómo la ingeniería conceptual, redefine conceptos con el fin de influir en el discurso y el pensamiento colectivo. Por este motivo, la insistencia de la supuesta «progresía» de renombrarlo todo.

El concepto del “Estado Profundo” ha cobrado una creciente relevancia en el discurso político contemporáneo, aludiendo a una burocracia arraigada que opera al margen del control democrático, ejerciendo una influencia sustancial sobre las políticas nacionales sin estar sujeta a una supervisión efectiva. En American Leviathan: The Birth of the Administrative State and Progressive Authoritarianism, Ned Ryun sostiene que la expansión del Estado administrativo ha erosionado la soberanía popular, transfiriendo un poder desproporcionado a una élite burocrática no electa, que actúa como un gobierno en la sombra.

La administración Biden ilustra con claridad este fenómeno, donde un círculo de asesores y funcionarios, cuyas identidades y agendas no siempre son transparentes, ha impulsado iniciativas y tomado decisiones aparentemente sin el conocimiento o control total del propio presidente. Este escenario refuerza la percepción de que el Estado administrativo ha adquirido una dinámica autónoma, capaz de operar con independencia de la voluntad popular y de los representantes electos.

Para comprender la magnitud y las implicaciones de este fenómeno, es crucial analizarlo desde múltiples ángulos: histórico, para rastrear sus orígenes y evolución; político, para entender su impacto en la representación democrática; económico, para evaluar sus costos y efectos en la competitividad nacional; filosófico, para examinar los dilemas sobre el poder y la libertad; jurídico, para considerar su legitimidad dentro del marco constitucional; de seguridad nacional, para explorar su influencia en la política exterior y las agencias de inteligencia; y estratégico, para identificar posibles soluciones y mecanismos de control que permitan restaurar el equilibrio democrático.

En el contexto histórico, el Estado administrativo estadounidense encuentra sus orígenes en la Era Progresista de principios del siglo XX. Figuras como Woodrow Wilson y Theodore Roosevelt promovieron una burocracia tecnocrática para gestionar el país, justificando su necesidad como una herramienta para la modernización y estabilidad de la nación. La consolidación del “Deep State” se intensificó con el New Deal de Franklin D. Roosevelt, que creó una estructura reguladora federal sin precedentes, y la Great Society de Lyndon B. Johnson, que expandió programas gubernamentales masivos.

En términos políticos, este cambio ha generado una pugna entre dos modelos de gobierno en los Estados Unidos: el republicano, que enfatiza la soberanía individual, el autogobierno y el federalismo; y el progresista, que promueve la centralización del poder en una burocracia tecnocrática con amplios poderes regulatorios. Ryun argumenta que el Leviatán burocrático ha usurpado el poder del Congreso y la Presidencia, desplazando la toma de decisiones democráticas y reemplazándolas por dictámenes de funcionarios no electos.

Este enfrentamiento político se ha intensificado en los últimos años con la irrupción de líderes populistas que desafían la estructura arraigada del Estado administrativo. Un caso emblemático fue la administración de Donald Trump, respaldada estratégicamente por Steve Bannon, cuyo gobierno se caracterizó por una ofensiva constante contra la burocracia reguladora y un intento sistemático de reducir el poder de las agencias gubernamentales. No obstante, la férrea resistencia de estas estructuras ha evidenciado la dificultad de desmantelar un aparato que, tras décadas de expansión, ha consolidado su autonomía e influencia. Ahora, en su regreso al poder, Trump parece haber aprendido las lecciones del primer mandato y comprende con claridad qué acciones ejecutar y en quiénes apoyarse para desarticular eficazmente lo que considera un Estado profundo corrosivo y adverso a la soberanía popular.

A nivel económico, la expansión del Estado administrativo ha aumentado drásticamente el gasto público y la regulación empresarial. Milton Friedman (1962) argumentó que un gobierno que interviene demasiado en la economía sofoca la innovación y limita la libertad de mercado. Ryun sostiene que la proliferación de agencias regulatorias no solo consume enormes cantidades de recursos fiscales, sino que también impone barreras burocráticas que afectan negativamente el crecimiento económico y la inversión.

Además, el autor destaca cómo la estructura burocrática ha perpetuado un sistema de dependencia gubernamental, promoviendo un estado paternalista donde los ciudadanos dependen del gobierno para su bienestar en lugar de fomentar la autosuficiencia. La regulación excesiva ha llevado a que sectores clave de la economía sean manejados por burócratas en lugar de los ciudadanos y las fuerzas del mercado.

Filosóficamente, la lucha entre el individualismo y el colectivismo es central en este debate. Mientras los Padres Fundadores diseñaron una república basada en la separación de poderes y la protección de los derechos individuales, los progresistas han promovido la consolidación del poder en el Estado administrativo con la justificación de alcanzar una mayor equidad y justicia social. Sin embargo, como argumenta Ryun, este enfoque ha llevado a una forma de autoritarismo tecnocrático, donde la burocracia impone políticas sin el consentimiento del electorado.

El sistema judicial ha desempeñado un papel fundamental en la expansión del Estado administrativo. El activismo judicial ha permitido que agencias gubernamentales actúen con un poder desmedido, favoreciendo regulaciones que no han sido aprobadas por el Congreso. Casos como Chevron v. NRDC han sentado precedentes que otorgan a las agencias federales la facultad de interpretar la ley con amplia discrecionalidad, consolidando su influencia.

En el ámbito de la seguridad nacional, Ryun denuncia que agencias como la CIA y el FBI han operado con mínima supervisión (Oversight), justificando sus acciones bajo la necesidad de garantizar la seguridad del país. Sin embargo, la vigilancia masiva y la politización de estas entidades representan una amenaza directa a las libertades individuales y la privacidad de los ciudadanos.

Desde una perspectiva estratégica, Ryun propone un conjunto de reformas para desmantelar el Estado administrativo y restaurar el control democrático. Estas incluyen:

  • Reducción de la burocracia federal, eliminando agencias innecesarias y consolidando funciones gubernamentales.
  • Devolución de poder a los estados y gobiernos locales, fortaleciendo el federalismo.
  • Reforma judicial, limitando el activismo de los jueces y restaurando la separación de poderes.
  • Mayor transparencia y supervisión de la burocracia, mediante auditorías y acceso a registros gubernamentales.
  • Reformas electorales, garantizando la integridad del proceso y eliminando la manipulación por parte de agencias federales.

La expansión del Leviatán burocrático no solo impacta a los ciudadanos, sino también al Gobierno Federal, los estados y gobiernos locales. Si este sistema se mantiene, Estados Unidos corre el riesgo de consolidar un modelo tecnocrático donde las decisiones clave se tomen fuera del alcance de la voluntad popular. La restauración de la república constitucional, según Ryun, requiere enfrentar y reducir drásticamente el poder del Estado administrativo.

A modo de cierre, quiero enfatizar que la finalidad de este artículo no es ofrecer un estudio exhaustivo, sino, al igual que muchas de mis publicaciones anteriores, servir como una aproximación inicial para generar conciencia e incentivar un análisis más profundo.

Últimamente, he observado intentos de censura en plataformas como LinkedIn y X, donde ciertos actores han tratado de restringir la difusión de información. En el caso de LinkedIn, parece ser el resultado de la intervención de personas vinculadas a un partido político que, descontentas con determinadas opiniones, buscan suprimirlas. En contraste, X se ha consolidado como un bastión de la libertad de expresión, donde el debate sigue abierto y sin restricciones arbitrarias.

Referencias bibliográficas

Bork, R. H. (1990). <<The Tempting of America: The Political Seduction of the Law>>. Free Press.

Friedman, M. (1962) <<Capitalism and Freedom>>. University of Chicago Press.

Hayek, F. A. (1944) <<The Road to Serfdom>>. University of Chicago Press.

Huntington, S. P. (1981) <<American Politics: The Promise of Disharmony>>. Harvard University Press.

Skowronek, S. (1982) <<Building a New American State: The Expansion of National Administrative Capacities, 1877-1920>>. Cambridge University Press.

Taibbi, M. (2022) <<Hate Inc.: Why Today’s Media Makes Us Despise One Another>>. OR Books.

Chevron U.S.A. Inc. v. Natural Resources Defense Council, Inc., 467 U.S. 837 (1984). (Decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos).

Ryun, N. (2022) <<American Leviathan: The Birth of the Administrative State and Progressive Authoritarianism>>. Republic Book Publishers.

Deja un comentario