Mindfulness para la Generación Z

En la intersección entre la psicología contemporánea, la sociología, la cultura y la economía, se manifiesta un fenómeno de gran relevancia para desentrañar la vivencia de la Generación Z: el Mindfulness. Esta tendencia no sorprende, dado que esta generación persigue soluciones rápidas para abordar problemas complejos, eludiendo así los procesos de razonamiento extensos.

Originado en las prácticas budistas, el Mindfulness ha evolucionado para convertirse en una herramienta psicológica esencial, especialmente relevante para abordar los desafíos únicos que enfrenta la Generación Z en la era digital. En esta reflexión, repaso el origen del Mindfulness, defino conceptos clave como estrés académico, presión social y ansiedad digital, y analizo cómo estos desafíos impactan a la generación más joven desde las perspectivas psicológica, sociológica, cultural y económica.

Proveniente de las prácticas budistas, he observado cómo el Mindfulness ha experimentado un desarrollo sustancial, consolidándose como una herramienta psicológica indispensable para una porción juvenil de la población. Su trascendencia se manifiesta de manera destacada al enfrentar los desafíos distintivos inherentes a la Generación Z en la era digital. En mi análisis, emprendo una breve revisión del génesis del Mindfulness, propongo definiciones precisas de conceptos fundamentales como el estrés académico, la presión social y la ansiedad digital, y efectúo un examen de cómo estos desafíos inciden en la generación más joven, considerando perspectivas psicológicas, sociológicas, culturales y económicas.

El Mindfulness, también conocido como atención plena, tiene sus raíces en las prácticas contemplativas del budismo, específicamente en la  meditación vipassana.[1]

Sin embargo, su introducción en el ámbito occidental se atribuye a Jon Kabat-Zinn, quien desarrolló el programa MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) en la década de 1970. Desde entonces, el Mindfulness ha ganado popularidad como enfoque terapéutico, centrándose en la atención consciente al presente para reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional.[2] 

El estrés académico en la Generación Z se manifiesta como una respuesta abrumadora a las demandas educativas y la competencia constante. La presión por el rendimiento académico ha alcanzado niveles sin precedentes impactando negativamente la salud mental de esta generación.[3] La aplicación de Mindfulness en este contexto implica estrategias adaptadas, como técnicas de respiración y meditación corta, para ayudar a los estudiantes a gestionar la presión y mejorar el enfoque.

En este contexto, es crucial resaltar que, dentro de esta generación, son contados aquellos que genuinamente abrazan el mérito y aceptan el desafío personal como el cimiento desde el cual impulsan sus logros académicos y sociales. Sin embargo, la mayoría se ve impactada por un Estado que, con un discurso hipócrita que proclama “que nadie se queda atrás”, opta por “no elevar el nivel de los alumnos hacia la excelencia, sino por rebajar el estándar de la excelencia hasta la mediocridad”. Esta situación se ve agravada por la sumisión cobarde de centros escolares y universidades, la complicidad estólida de numerosos padres y la hiperprotección que, lamentablemente, dejará a los jóvenes indefensos cuando la vida real llame a la puerta..[4]

Por otro lado, la Generación Z experimenta una presión social intensificada debido a la omnipresencia de las redes sociales. La comparación constante con los demás, la búsqueda de validación y la exposición a estándares inalcanzables contribuyen a la ansiedad social. La aplicación de Mindfulness aquí implica fomentar la autoaceptación y la conciencia de sí mismo, reduciendo la dependencia de la validación externa.[5] 

La ansiedad digital se refiere al estrés y la ansiedad derivados del uso excesivo de dispositivos electrónicos y las plataformas en línea. La Generación Z, nativa digital, enfrenta una constante conexión que afecta su bienestar psicológico. La práctica de Mindfulness en este contexto implica establecer límites digitales, enseñando a los jóvenes a desconectar y ser conscientes de su uso de la tecnología.[6] 

Bajo una óptica psicológica, la aplicación de Mindfulness en la Generación Z ofrece herramientas para la autorregulación emocional, reduciendo la reactividad al estrés.[7] Sin embargo, algunos críticos argumentan que la comercialización del Mindfulness puede trivializar su eficacia real, convirtiéndolo en una solución simplista para problemas complejos. 

La sociología examina cómo las prácticas de Mindfulness pueden ser moldeadas por las estructuras sociales. Por ejemplo, la disponibilidad de recursos y la accesibilidad a programas de atención plena pueden variar según el estatus socioeconómico, creando disparidades en el acceso a estas herramientas.[8] 

Según criterios culturales, la introducción del Mindfulness en la Generación Z indica un cambio hacia la apreciación de valores relacionados con el bienestar emocional y el equilibrio, en contraposición a una sociedad que ha dado históricamente prioridad al éxito material. No obstante, algunos críticos plantean la preocupación de una posible apropiación cultural, argumentando que se está desvinculando el Mindfulness de sus raíces espirituales.[9]  Personalmente, considero esta preocupación absurda, ya que seguir este razonamiento llevaría a la renuncia de todos los avances creados por distintas culturas. En realidad, es un planteamiento falaz y carece de fundamentos sólidos. 

Desde el punto de vista económico, la industria del bienestar mental está en auge, con aplicaciones y programas de Mindfulness generando ingresos significativos. Algunos críticos cuestionan si esta comercialización está realmente mejorando la salud mental de la Generación Z o simplemente capitalizando sus preocupaciones.

El 50% de la Generación Z recibe tratamiento para problemas de salud mental, incluyendo ansiedad y depresión, según el informe de Oliver Wyman. Sorprendentemente, el 24% busca tratamiento en línea. A pesar de su actitud proactiva hacia la salud, la Generación Z se siente peor que otras generaciones, pero están abiertos a diversas soluciones. Valorando soluciones basadas en datos, buscan control en su historial de salud. Con 1,9 veces más propensión a problemas de salud mental, la presión autoimpuesta podría ser la causa. Sin embargo, destacan por hablar abiertamente sobre salud mental, rompiendo tabúes y participando en conversaciones que antes eran privadas.[10] 

La aplicación de Mindfulness en la Generación Z presenta aspectos positivos, como la mejora del bienestar emocional y la capacidad de afrontamiento. Sin embargo, algunos críticos argumentan que depender demasiado de estas prácticas puede llevar a la evitación de problemas subyacentes y a la falta de acciones concretas para abordar los desafíos sistémicos que enfrenta esta generación.[11] 

En síntesis, el Mindfulness se ha convertido en un recurso esencial para la Generación Z, ofreciendo herramientas para abordar el estrés académico, la presión social y la ansiedad digital. Sin embargo, su aplicación debe ser examinada críticamente desde múltiples perspectivas. Para avanzar, se deben tomar medidas amplias y detalladas, como integrar prácticas de Mindfulness en el currículo educativo, promover la accesibilidad equitativa y fomentar la investigación continua sobre su eficacia.

[1] Castillero Mimenza, O. (2018) <<Meditación Vipassana: ¿qué es y qué beneficios aporta? Esta práctica milenaria sigue vigente hoy en día, y se ha extendido fuera de Asia>>. Psicología y Mente.  9 de enero. https://psicologiaymente.com/meditacion/meditacion-vipassana

[2] Kabat-Zinn J. (1982) <<An outpatient program in behavioral medicine for chronic pain patients based on the practice of mindfulness meditation: theoretical considerations and preliminary results>>. General hospital psychiatry, 4(1), 33–47. https://doi.org/10.1016/0163-8343(82)90026-3

[3] Coe, E., Doy, A., Enomoto, K., & Healy, C. (2023, April 28) <<Gen Z mental health: The impact of tech and social media>>. McKinsey Health Institute.

[4] Pérez-Reverte, A. (2022, 15 de agosto) <<Ahora somos un país de genios>>. El bar de Zenda. Patente de corso. https://www.zendalibros.com/perez-reverte-ahora-somos-un-pais-de-genios/ Publicado el 13 de agosto de 2022 en XL Semanal.

[5] Tang, Y. Y., Hölzel, B. K., & Posner, M. I. (2015) <<The neuroscience of mindfulness meditation>>. Nature reviews. Neuroscience, 16(4), 213–225. https://doi.org/10.1038/nrn3916

[6] Rosen, L. D., Whaling, K., Carrier, L. M., Cheever, N. A., & Rokkum, J. (2013) <<The Media and Technology Usage and Attitudes Scale: An empirical investigation>>. Computers in human behavior, 29(6), 2501–2511. https://doi.org/10.1016/j.chb.2013.06.006

[7] Hölzel, B. K., Carmody, J., Vangel, M., Congleton, C., Yerramsetti, S. M., Gard, T., & Lazar, S. W. (2011)  <<Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density>>. Psychiatry research, 191(1), 36–43. https://doi.org/10.1016/j.pscychresns.2010.08.006

[8] Creswell, J. D., & Lindsay, E. K. (2014) <<How does mindfulness training affect health? A mindfulness stress buffering account>>. Current Directions in Psychological Science, 23(6), 401–407. https://doi.org/10.1177/0963721414547415

[9] Williams, J. Mark G. & Kabat-Zinn, Jon (2011) <<Mindfulness: diverse perspectives on its meaning, origins, and multiple applications at the intersection of science and dharma>>. Contemporary Buddhism 12 (1):1-18.

[10] Europa Press. (2023, 17 de agosto) <<El 50% de los jóvenes de la Generación Z lidia con algún problema de salud mental>>. Consultado el 25 de enero de 2024, en https://www.europapress.es/consulting-news/noticia-50-jovenes-generacion-lidia-algun-problema-salud-mental-20230817114254.html

[11]Purser, R. E. (2019) <<Mcmindfulness: how mindfulness became the new capitalist spirituality>>. Repeater. January 25 2024

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