Seguramente, en algún momento de tu vida te has topado con personas que parecen no poder evitar la tentación de mentir, ya sea en conversaciones personales o a través de las redes sociales. Es un dilema con el que todos hemos tenido que lidiar en algún momento. Pero, ¿qué impulsa a estas personas a mentir con tanta frecuencia y cómo podemos abordar esta compleja cuestión?
Para entender mejor este fenómeno, veamos ejemplos de situaciones comunes en las que nos encontramos con la deshonestidad y exploremos algunas estrategias prácticas para detectar y enfrentar a los mentirosos habituales en nuestra vida.[1]
Descifrando la frecuencia de las mentiras
La pregunta inicial es si las personas mienten todo el tiempo. A menudo, nos preguntamos si debemos tomar con escepticismo lo que escuchamos en las noticias o lo que leemos en las redes sociales. Es natural cuestionarlo, especialmente cuando las figuras políticas y las celebridades a menudo son protagonistas de casos destacados de deshonestidad.
¿Quiénes mienten más?
Al observar estos casos, es crucial considerar factores como la audiencia y el medio utilizado para transmitir las mentiras. Por ejemplo, ¿quiénes son los destinatarios de estas mentiras? ¿Se están comunicando a través de redes sociales, formularios burocráticos o intermediarios?
Tomemos como ejemplo a un político que miente en un discurso público. En este caso, la audiencia es masiva y diversa, lo que podría influir en la magnitud de la deshonestidad. En cambio, un amigo que miente en una conversación personal tiene una audiencia más limitada y cercana.
Investigación reveladora
La investigación empírica reciente arroja luz sobre la frecuencia de las mentiras y proporciona ideas sorprendentes. Vamos a considerar una situación común: ¿con qué frecuencia mienten las personas en su vida cotidiana? Para responder a esta pregunta, se les pide a las personas que informen sobre su comportamiento mentiroso en un período de tiempo específico.[2]
Imagina que eres una de esas personas y se te pide que reflexiones sobre tu día. ¿Cuántas veces has contado una mentira? Podrías pensar en situaciones cotidianas, como cuando tu amigo te preguntó si le gustaba su nuevo corte de pelo y respondiste afirmativamente, a pesar de tus dudas. Esto podría considerarse una «mentira cotidiana».
Las mentiras no son tan comunes como creemos
Un estudio clásico realizado por la psicóloga Bella DePaulo en la década de 1990 reveló que, en promedio, las personas informaban haber contado de una a dos mentiras al día en las interacciones cara a cara. Esto marcó la creencia común de que mentir es una práctica extendida.[3]
Sin embargo, es esencial tener en cuenta que los promedios no representan la diversidad de comportamientos individuales en cuanto a la honestidad. Algunas personas mienten raramente, mientras que otras recurren a la mentira con más frecuencia. Esto nos lleva a la conclusión de que, en general, la deshonestidad es menos común de lo que podríamos haber imaginado, aunque un pequeño grupo de individuos tiende a mentir de manera habitual.
¿El medio hace la diferencia?
Un aspecto interesante a considerar es si el medio utilizado para la comunicación influye en la tendencia a mentir. Pensemos en nuestras interacciones diarias, ya sea cara a cara, a través de mensajes de texto, correo electrónico e incluso videollamadas. ¿Las personas son más propensas a mentir en ciertos medios que en otros?
Imagina que estás enviando mensajes de texto a un amigo y te enfrentas a una pregunta incómoda. ¿Mentirías a través de un mensaje de texto o serías más honesto en persona?
La investigación sugiere que el medio no afecta significativamente el comportamiento mentiroso.
Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad Northwestern encontró que la mayoría de los participantes informaron muy pocos mensajes de texto engañosos en sus conversaciones recientes. Del mismo modo, un estudio de la Universidad de Oregón demostró que, en promedio, las personas contaban alrededor de 1.08 mentiras al día a través de diversas tecnologías de comunicación.
Es interesante notar que las diferencias en la frecuencia de las mentiras entre diferentes medios no son significativas. Esto podría sorprenderte, ya que podrías pensar que la falta de contacto visual en una videollamada haría que fuera más fácil mentir que en una conversación cara a cara. Sin embargo, no es así.
¿La audiencia cambia las cosas?
Además del medio, es importante considerar si la audiencia prevista para una posible mentira marca alguna diferencia. Por ejemplo, podrías pensar que las personas están más inclinadas a mentir a extraños que a amigos y familiares. La lógica detrás de esto es que somos más propensos a ser honestos con aquellos que conocemos y nos importan.
Sin embargo, la realidad es un poco más complicada. Las personas tienden a contar lo que la psicóloga Bella DePaulo llamó «mentiras cotidianas» con más frecuencia a extraños que a conocidos cercanos. Esto podría ser el caso de decirle a un compañero de trabajo que su presentación fue excelente, incluso si no lo crees completamente.
Por otro lado, cuando se trata de mentiras importantes, como aquellas relacionadas con asuntos como aventuras amorosas o lesiones, las personas tienden a mentir más a aquellos que están cerca de ellas. En estas situaciones, la preservación de las relaciones puede ser más importante que la honestidad.
La mentira en la sociedad contemporánea
En síntesis, las mentiras son una parte inevitable de la vida en la sociedad contemporánea. Sin embargo, la investigación sugiere que la deshonestidad es menos común de lo que podríamos creer.[4] La mayoría de las personas tienden a ser honestas, incluso en interacciones con extraños y a través de medios de comunicación digital.
Si bien estos hallazgos ofrecen un panorama prometedor, es esencial ser perspicaz al enfrentar el pequeño número de mentirosos habituales. Si te encuentras en este grupo, reconocerlo puede ser el primer paso para reconsiderar el impacto de tus acciones en tu propia vida y en la de quienes te rodean.
Si alguna vez te has sentido frustrado por la deshonestidad en tu vida, no estás solo. Para ayudarte a lidiar con los mentirosos habituales, aquí te presento 10 estrategias prácticas que te serán de utilidad:
- Observa las inconsistencias: Presta atención a las inconsistencias en las historias o declaraciones de la persona. Si un amigo te cuenta una anécdota que cambia cada vez que la relata, es un indicio de que podría no ser del todo honesto.
- Observa el lenguaje no verbal: Fíjate en las señales no verbales, como el contacto visual evitado, movimientos nerviosos o cambios en la expresión facial. Estas pistas pueden revelar que alguien no está siendo sincero.[5]
- Haz preguntas abiertas: Formula preguntas que requieran respuestas detalladas en lugar de sí o no. Esto puede hacer que la persona se sienta presionada para inventar más detalles, lo que aumenta la probabilidad de que sus mentiras sean descubiertas.
- Escucha atentamente: Presta atención a la forma en que la persona se expresa y a las palabras que utiliza. Los mentirosos suelen ser evasivos y tienden a evitar proporcionar información específica.
- Compara con hechos conocidos: Si tienes información previa o datos verificables, utilízalos para cotejar lo que te están diciendo. Esto puede revelar contradicciones entre la mentira y la verdad.
- Establece un contexto seguro: A veces, las personas mienten por temor a las consecuencias. Si puedes crear un ambiente en el que la persona se sienta segura para ser honesta, es más probable que te cuente la verdad.
- Ten en cuenta el historial: Si has notado patrones de deshonestidad en el pasado con la misma persona, tenlo en cuenta al evaluar su veracidad en situaciones actuales.
- Usa el tiempo a tu favor: Los mentirosos habituales suelen sentirse presionados cuando se les hace esperar para proporcionar detalles. Darles tiempo para reflexionar puede hacer que revelen la verdad.
- Busca apoyo: Si sospechas que te están mintiendo en una situación importante, considera buscar el apoyo de testigos o recopilar pruebas que respalden tus afirmaciones.
- Aborda la conversación de manera constructiva: En lugar de confrontar al mentiroso de manera hostil, intenta hablar con él de manera abierta y compasiva. Esto puede fomentar una comunicación más honesta y abierta.
Recuerda que detectar y enfrentar a mentirosos habituales puede ser un desafío, pero estas estrategias te ayudarán a lidiar con la deshonestidad de manera más efectiva. En última instancia, la comunicación honesta y abierta es la base de relaciones saludables y significativas.
Referencias bibliográficas:
[1] Vrij, A. (2008) <<Detecting lies and deceit: Pitfalls and opportunities (2nd ed.)>>. John Wiley & Sons.
[2] Miller, Christian B. (2021) <<Honesty: The Philosophy and Psychology of a Neglected Virtue>>. New York: Oxford University Press.
[3] DePaulo, B. M., Kashy, D. A., Kirkendol, S. E., Wyer, M. M., & Epstein, J. A. (1996) <<Lying in everyday life>>. Journal of Personality and Social Psychology, 70(5), 979–995. https://doi.org/10.1037/0022-3514.70.5.979
[4] Goffman, E. (1959) <<The presentation of self in everyday life>>. Doubleday Anchor Books.
[5] Ekman, P. (1997) <<Emotions revealed: Recognizing faces and feelings to improve communication and emotional life>>. Holt Paperbacks.
