Exploración crítica del libro «El Nuevo Leviatán: Cómo la máquina de dinero de la izquierda determina la política estadounidense y amenaza su futuro».

Este ensayo examina críticamente “El Nuevo Leviatán”, escrito por David Horowitz y Jacob Laksin, explorando las raíces y ramificaciones del progresismo en la sociedad contemporánea desde perspectivas psicológicas, sociológicas, culturales y educativas.

Desde el ámbito de la psicología, analizamos cómo las características psicológicas influyen en la adhesión al progresismo, destacando el papel de la empatía, la motivación y la cognición. Luego, desde la dimensión sociológica, examinamos cómo el progresismo ha dado forma a la distribución del poder y las dinámicas de grupo, ejemplificando su influencia en la igualdad de género y la diversidad. Desde una perspectiva cultural, investigamos cómo el progresismo se manifiesta en los medios, el arte y la literatura, influenciando valores y percepciones culturales. En última instancia, en el contexto educativo, analizamos el impacto de las políticas progresistas en el currículo y la formación de ciudadanos. Este análisis integral revela las complejidades y las conexiones del progresismo en nuestra sociedad actual.

La obra «El Nuevo Leviatán» plantea una tesis fundamental que implica un análisis desde la óptica psicológica. La obra sugiere que las organizaciones progresistas ejercen una influencia significativa en la psicología de los individuos a través de la retórica política y el adoctrinamiento cultural. Esta influencia psicológica se manifiesta en la forma en que las personas perciben y responden a cuestiones políticas y sociales. Según Horowitz y Laksin, el constante bombardeo de ciertos mensajes y narrativas puede moldear la mentalidad de las personas.

Desde una perspectiva psicológica, este proceso se puede relacionar con la teoría de la persuasión y el condicionamiento. Investigadores como Robert Cialdini han estudiado cómo ciertas técnicas de persuasión pueden influir en la toma de decisiones y en la conformidad. En este contexto, las organizaciones progresistas podrían utilizar estrategias persuasivas para fomentar la adhesión a sus agendas políticas. Por ejemplo, la repetición constante de ciertos mensajes a través de los medios de comunicación o las redes sociales puede llevar a la aceptación e internalización de esas ideas.[1]

La psicología cognitiva también juega un papel importante en la tesis del libro. Autores como Daniel Kahneman han demostrado que los sesgos cognitivos pueden afectar la toma de decisiones y la formación de creencias. En este sentido, las organizaciones progresistas podrían aprovechar los sesgos cognitivos, como la confirmación y el sesgo de disponibilidad, para consolidar su influencia.[2] Por ejemplo, presentar información selectiva que confirme las creencias existentes de las personas puede reforzar su apoyo a ciertas políticas progresistas.

Las teorías psicológicas del aprendizaje también son relevantes en este contexto. El condicionamiento operante de B.F. Skinner [3]y la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura destacan cómo las recompensas y los castigos, así como el modelado de comportamientos, pueden dar forma a las actitudes y conductas. En el contexto político y cultural, las organizaciones progresistas pueden utilizar la promoción de ciertos valores y la denuncia de otros como una forma de moldear la psicología de las personas.[4]

 “El Nuevo Leviatán» plantea una tesis que también puede ser analizada desde una perspectiva sociológica. La obra sostiene que las organizaciones progresistas han desempeñado un papel significativo en la transformación de la sociedad y en la promoción de agendas políticas específicas. Este análisis sociológico se centra en cómo estas organizaciones han contribuido a la configuración de las estructuras sociales y las dinámicas de poder.

Desde una vertiente sociopolítica, se pueden aplicar teorías como el funcionalismo y el conflicto para comprender mejor la tesis del libro. El funcionalismo, propuesto por Emile Durkheim, sugiere que las instituciones y las organizaciones desempeñan funciones específicas en la sociedad. En este contexto, las organizaciones progresistas podrían considerarse como actores que intentan cumplir una función específica al abogar por políticas de igualdad y justicia social.[5] Sin embargo, desde una perspectiva del conflicto, desarrollada por Karl Marx y otros, se argumenta que estas organizaciones también pueden contribuir a la lucha por el poder y los recursos en la sociedad.[6]

La teoría de la espiral del silencio de Elisabeth Noelle-Neumann es relevante para el análisis de cómo las organizaciones progresistas influyen en la opinión pública. Según esta teoría, las personas tienden a ocultar sus opiniones si perciben que son minoritarias en una sociedad o grupo en particular. Las organizaciones progresistas pueden explotar este fenómeno al promover una narrativa dominante que silencia o estigmatiza las opiniones contrarias. Como resultado, la sociedad puede parecer más homogénea en términos de valores y creencias de lo que realmente es.[7]

La teoría de la interseccionalidad, desarrollada por Kimberlé Crenshaw, también es relevante para la tesis del libro. Esta teoría se centra en cómo las múltiples identidades de una persona, como género, raza y clase, interactúan y afectan sus experiencias y oportunidades. Las organizaciones progresistas a menudo utilizan la interseccionalidad para promover políticas que aborden las desigualdades sistémicas basadas en estas identidades. Este enfoque sociológico destaca la importancia de comprender cómo las estructuras sociales influyen en las experiencias individuales y cómo las organizaciones progresistas trabajan para cambiar esas estructuras.[8]

“El Nuevo Leviatán” plantea una tesis que se relaciona con la influencia de las organizaciones progresistas en la cultura de la sociedad estadounidense. La obra sostiene que estas organizaciones han tenido un impacto significativo en la forma en que se perciben y se representan valores, creencias y normas culturales. En este punto, se analiza esta tesis desde una perspectiva cultural, con el uso de teorías y ejemplos concretos.

La teoría de la hegemonía cultural, desarrollada por Antonio Gramsci, sugiere que las clases dominantes pueden mantener su poder a través de la dominación cultural. Las organizaciones progresistas, según el libro, han contribuido a la creación de una «hegemonía cultural progresista» al promover sus agendas y valores en los medios de comunicación, la educación y otras esferas culturales. Esta influencia se manifiesta en la representación de temas como la justicia social, la igualdad de género y los derechos civiles en películas, programas de televisión, libros de texto y otros medios.[9]

El concepto de «cultura de la cancelación» es relevante en el análisis cultural de la tesis del libro. La cultura de la cancelación se refiere a la práctica de boicotear, desaprobar o eliminar a personas, empresas o productos que se consideran ofensivos o políticamente incorrectos. Las organizaciones progresistas a menudo están detrás de campañas de cancelación cuando creen que alguien ha expresado opiniones o apoyado causas contrarias a sus valores. Este fenómeno cultural ilustra cómo la cultura y la moralidad son influenciadas por estas organizaciones.[10]

En el campo de la cultura popular, ejemplos como la película “Black Panther” de Marvel pueden ilustrar la influencia de las organizaciones progresistas en la narrativa cultural. La película fue ampliamente elogiada por su representación diversa y su enfoque en temas de justicia social. Las organizaciones progresistas a menudo presionan para que se produzcan películas y programas de televisión que promuevan la diversidad y la inclusión.

En la educación, la “teoría crítica de la raza” y el “currículo crítico” son enfoques que las organizaciones progresistas han abogado para su inclusión en las aulas. Estos enfoques buscan analizar y cambiar las estructuras de poder y la opresión racial. Desde una perspectiva cultural, esto refleja cómo las organizaciones progresistas han influido en la forma en que se enseñan y se comprenden los temas relacionados con la raza y la justicia social.[11]

Otros aspectos de la perspectiva educativa, que la obra plantea es la tesis que se relaciona con la influencia de las organizaciones progresistas en el sistema educativo estadounidense. La obra argumenta que estas organizaciones han tenido un impacto significativo en la forma en que se enseñan y se abordan temas como la historia, la política y la justicia social en las escuelas y universidades. A continuación, analizaremos esta tesis desde una visión educativa, utilizando teorías y ejemplos específicos.

El libro sugiere que las organizaciones progresistas han influido en el currículo escolar y universitario al promover una agenda educativa que se centra en la justicia social, la diversidad y la igualdad. Esta influencia se alinea con las teorías de la pedagogía crítica, que abogan por la educación como una herramienta para cuestionar las estructuras de poder y promover la equidad. Según esta perspectiva, las organizaciones progresistas han trabajado para incluir en el sistema educativo temas relacionados con la opresión, la raza, el género y otros asuntos sociales.

La teoría del «currículo oculto» es relevante para el análisis educativo de la tesis del libro. El currículo oculto se refiere a las lecciones no planificadas que los estudiantes aprenden a través de la interacción social y la cultura de la escuela. Según el libro, las organizaciones progresistas han influido en el currículo oculto al promover una perspectiva ideológica que se manifiesta en las actitudes y valores de los estudiantes. Esto incluye la promoción de la justicia social, la desconfianza en las instituciones tradicionales y la importancia de la acción política.

Un ejemplo en el ámbito educativo es la inclusión de teorías como el «pensamiento crítico» en la enseñanza. El pensamiento crítico se ha convertido en un enfoque importante en la educación superior, y se alinea con la idea de cuestionar y analizar las estructuras de poder. Las organizaciones progresistas han abogado por la enseñanza del pensamiento crítico como una forma de fortalecer a los estudiantes para que cuestionen las normas establecidas. En esta línea, hay quienes argumentan que este movimiento se ha apropiado del concepto de “pensamiento crítico”.

La promoción de la diversidad y la inclusión en el ámbito educativo es otro ejemplo relevante. Las organizaciones progresistas han presionado para que las escuelas y las universidades sean más diversas y representativas de la sociedad en su conjunto. Esto ha llevado a cambios en las políticas de admisión y contratación, así como a la incorporación de estudios interculturales en el currículo.[12]

Este ensayo ha analizado la tesis de «El Nuevo Leviatán» de David Horowitz y Jacob Laksin desde cuatro perspectivas: psicológica, sociológica, cultural y educativa, destacando la influencia del progresismo en la política, cultura, educación y percepción histórica de EE. UU.

Desde el ámbito psicológico, se enfatiza cómo el progresismo moldea identidades políticas. En el ámbito sociológico, se destaca su papel en la polarización y activismo. En el contexto cultural, se revela su impacto en la cultura y los medios. En la dimensión educativa, se resalta su influencia en la pedagogía crítica y el currículo. En síntesis, el progresismo como movimiento impulsor de un marxismo enmascarado ha tenido un impacto complejo y significativo en la sociedad estadounidense, planteando preguntas fundamentales sobre la interacción entre política, cultura, educación y psicología.

[1] Cialdini, R. B. (2009) <<Influence: science and practice>>. Boston: Pearson Education. ISBN: 0205609996 9780205609994 9780205663781 0205663788

[2] Kahneman, D. (2011) <<Thinking, fast and slow>>. Farrar, Straus and Giroux.

[3] Skinner, B. F. (1965) <<Science & human behavior>>. Free Press.

[4] Bandura, A. (1977) <<Social Learning Theory>>. General Learning Press, New York.

[5] Durkheim, E. ([1893] 1984) <<The Division of Labor in Society>>. Halls, W.D., Trans., The Free Press, New York.
https://doi.org/10.1007/978-1-349-17729-5

[6] Marx, K. (1867) <<Das Kapital>>. Verlag von Otto Meisner.

[7] Noelle‐Neumann, Elisabeth. (2006) <<The Spiral of Silence A Theory of Public Opinion>>. Journal of Communication. 24. 43 – 51. 10.1111/j.1460-2466.1974.tb00367.x.

[8] Crenshaw, K. (1989) <<Demarginalizing the intersection of race and sex: A Black feminist critique of antidiscrimination doctrine, feminist theory, and antiracist politics>>. University of Chicago Legal Forum, 139-167.

[9] Gramsci, A. (1971) <<Selections from the prison notebooks of Antonio Gramsci>>. International Publishers.

[10] Dershowitz, A. (2020) <<Cancel Culture>>. Simon and Schuster.

[11] Giroux, H. A. (2011) <<On Critical Pedagogy>>. Continuum.

[12] Apple, M. W. (2004) <<Ideology and Curriculum>>. Routledge.

Deja un comentario