La naturaleza de las creencias y su formación desde una perspectiva psicológica y sociológica.

Las creencias son elementos fundamentales en la psicología y sociología que influyen en la cognición y comportamiento humano. Desde la perspectiva psicológica, las creencias se refieren a las convicciones y suposiciones que una persona mantiene sobre la realidad, otras personas, sucesos o ideas. Por esta razón, la formación de creencias es un proceso intrincado que puede estar influenciado por diversos factores, como la socialización, la experiencia personal, la cultura y la influencia de otras personas. Aunque el grado de racionalidad y evidencia puede variar en las creencias, a menudo las personas pueden llegar a sostener creencias sin pruebas sólidas, lo cual plantea la pregunta de por qué la gente cree cosas extrañas a pesar de la falta total de evidencia empírica.

Las creencias sin evidencia científica pueden tener su origen en diversos factores. En primer lugar, las creencias cumplen la función de proporcionar a las personas un sentido de orden y control en un mundo complejo y desconocido. Al creer en teorías conspirativas o explicaciones paranormales, las personas encuentran una sensación de comprensión y explicación para acontecimientos que de otra manera serían considerados inexplicables.

Segundo, los sesgos cognitivos influyen en la interpretación selectiva de la información según las creencias preexistentes. Por ejemplo, el sesgo de confirmación lleva a las personas a buscar y aceptar información que respalde sus creencias, mientras descartan la información contradictoria. Tercero, la influencia social y la pertenencia a grupos desempeñan un papel crucial. Las creencias compartidas dentro de una comunidad se refuerzan mutuamente a través de la validación social y el apoyo emocional, incluso sin evidencia empírica. Cuarto, las emociones y las necesidades emocionales influyen en las creencias, ya que algunas personas adoptan creencias extrañas para satisfacer la necesidad de pertenencia, autoafirmación o protección emocional. Por último, la falta de alfabetización científica y pensamiento crítico dificulta la evaluación rigurosa de la evidencia y puede llevar a la adopción de creencias sin sustento empírico.

Las creencias se pueden definir como representaciones mentales que una persona tiene acerca de la realidad, las cuales se consideran verdaderas o probables, a pesar de que su validez objetiva pueda ser cuestionada. Según Albert Bandura, psicólogo social, las creencias se adquieren a través de un proceso de aprendizaje social y cognitivo, donde las personas interpretan y evalúan la información disponible en su entorno para formar representaciones internas de la realidad. Estas creencias pueden abarcar diferentes áreas de la vida, como religión, política, moralidad, salud, entre otras.[1] Una creencia es «la confianza en la verdad o la existencia de algo que no es inmediatamente susceptible de prueba rigurosa». Así pues, por definición, una creencia es una convicción no demostrada sobre el estado de la realidad. Por tanto, las creencias no deben confundirse con los hechos.

Desde un enfoque sociológico, se destaca la importancia de la socialización en la adquisición y mantenimiento de creencias. Según Émile Durkheim, sociólogo francés, las creencias son transmitidas a través de la interacción social y la socialización en grupos y comunidades específicas. Las experiencias personales también desempeñan un papel crucial en la formación de creencias. Las personas tienden a confiar en sus experiencias directas y en las conclusiones a las que llegan a través de la observación y el razonamiento inductivo. Además, la cultura y las normas sociales influyen en la formación de creencias al proporcionar un marco de referencia compartido y establecer lo que se considera aceptable y plausible en una determinada comunidad.[2]

Entonces, ¿por qué la gente cree cosas extrañas a pesar de la falta total de pruebas?  Aunque la racionalidad y la evidencia empírica son consideradas pilares de la formación de creencias, las personas pueden llegar a sostener creencias sin pruebas sólidas. Este fenómeno puede explicarse desde diferentes perspectivas. Según Festinger, psicólogo social, las personas tienen una tendencia a buscar la coherencia y consistencia entre sus creencias y comportamientos. Cuando se enfrentan a la falta de pruebas, pueden recurrir a mecanismos de defensa cognitiva, como la justificación racional o la búsqueda selectiva de información que respalde sus creencias existentes. Además, el sentido de identidad y pertenencia a un grupo puede ser un factor determinante, ya que las creencias compartidas dentro de una comunidad pueden reforzarse mutuamente, a pesar de la falta de pruebas objetivas.[3]

Finalmente, el futuro de las nuevas generaciones en relación a la naturaleza de las creencias y su formación dependerá de diversos factores, incluyendo la socialización, el acceso a la información, el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y la educación basada en la evidencia científica. Si se promueve una educación integral y se fomenta un pensamiento crítico sólido, es posible que las nuevas generaciones estén más preparadas para cuestionar creencias sin pruebas sólidas y adoptar una actitud más basada en la evidencia y la racionalidad.

[1] Bandura, A. (2001) <<Social cognitive theory: An agentic perspective>>. Annual review of psychology, 52(1), 1-26.

[2] Durkheim, É. (2013) <<The elementary forms of religious life>>. Oxford University Press.

[3] Festinger, L. (1957) <<A theory of cognitive dissonance>>. Stanford University Press.

  1 comentario para “La naturaleza de las creencias y su formación desde una perspectiva psicológica y sociológica.

  1. Avatar de Manuel
    Manuel
    19 junio, 2023 en 9:19 pm

    Las religiones paran mucho la sociedad y su avance, frenan a su antojo con su poder de fe el avance mental de las personas

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